España, golpe a golpe

2014/02/24
Si digo que ayer, desde el minuto uno, defendí ante mis familiares que el programa de Evolé era una farsa, se entenderá que estoy cometiendo un pecado de soberbia y falta de modestia. Pero lo visto lo visto, no me resisto a contarlo y a hacer una breve crítica d el programa en cuestión.

Es posible que Jordi Évole pretendiese trasladar a la ciudadanía lo fácil que es construir una mentira sobre un acontecimiento político excepcional. Así es, y así fue lo que pasó efectivamente ayer con el programa; y también en su día con el golpe de estado. Pero quizá no ha sido consciente de que el efecto de este tipo de programas es que la ciudadanía acabe pensando que no hay forma humana de conocer la verdad.

En el caso que nos trae, el del golpe de estado, hay suficiente documentación histórica como para poder afirmar que lo del golpe no fue ni mucho menos como nos lo han contado. Los mismos políticos y periodistas que, convertidos en actores, han contribuido a la farsa de Evole, disponen de mucha información para atestiguarlo. Personas como el ex coronel Amadeo Martínez Inglés que, por ejemplo, defendió en su libro “23-F. El golpe que nunca existió”  que el golpe fue una operación dirigida por el rey Juan Carlos, quien estaba enterado de que un grupo de militares ultraderechistas preparaban un movimiento para derrocarlo. No es esta la única versión. Pero hay muchos datos, repito, que contradicen la versión oficial que nos dice que el borbón salvó la democracia.

Por desgracia, ni este ni ningún otro medio de comunicación tienen interés en contarnos esas versiones, mientras no tienen empacho en sembrar el espacio de la opinión pública de un escepticismo generalizado.