¿Emakunde, tú también nos das la espalda?

19/07/2017
Las trabajadoras de las residencias de Bizkaia le solicitaron una reunión a Emakunde con el único objetivo de profundizar en la realidad del conflicto y pedir su apoyo al Instituto Vasco de la Mujer. Sin embargo, el esfuerzo ha sido en vano; argumentando problemas de agenda, la propia directora Izaskun Landaida declinó reunirse con las trabajadoras. Teniendo en cuenta que se trata de un conflicto que hace tiempo (más de 200 días de huelga) que sobrepaso los límites de lo laboral para convertirse un un conflicto social, esperaban otra respuesta. Más aún si tenemos en cuenta que se trata de un conflicto feminizado (el 90% de la plantilla son mujeres). Ante esta sorprendente negativa, las trabajadoras de las residencias han escrito este comunicado.

Comunicado de las trabajadoras de las residencias

El conflicto de las trabajadoras de las residencias de Bizkaia se ha asomado a calles y plazas; y de paso también ha sacudido la conciencia de mucha gente. Y es que cada vez resulta más evidente que nos encontramos ante un conflicto social que ha desbordado los límites de un conflicto laboral al uso. Estamos hablando de los cuidados, del trabajo que históricamente hemos venido desempeñando las mujeres, sin reconocimiento social ni económico alguno.

Pues bien, las trabajadoras de las residencias de Bizkaia hemos concentrado todas nuestras fuerzas en liberarnos del rol de cuidadoras, hemos dejado atrás el espacio privado y hemos irrumpido en el espacio público; hemos tomado la calle para proclamar bien alto que los cuidados son también un trabajo.

Una huelga que ha superado el listón de 200 días va despertando la curiosidad y la solidaridad de cada vez más gente; pero, sorprendentemente, no hemos visto a ninguna representante del Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, en ningún acto, y ya van muchos, demasiados. ¿Y Emakunde nos ha visto a nosotras? ¿O es que acaso somos invisibles también para vosotras?

Nos encontramos ante un conflicto feminizado (el 90% de la plantilla de este sector la componemos mujeres). Este conflicto va indisolublemente unido al hecho de que muchos empresarios ven, en vez de trabajadoras, mujeres, las cuidadoras naturales que hacen de “este negocio” algo muy lucrativo. Para Emakunde, que lleva años denunciando la segregación sexual, debería ser un tema conocido. ¿Cómo es posible denunciar la segregación en general y mirar hacia otro lado ante uno de los casos concretos, más graves, como es el de las residencias de Bizkaia?

Constatando la falta de apoyo de Emakunde, el colectivo de las trabajadoras en huelga de las residencias de Bizkaia solicitamos expresamente una reunión con este organismo para explicarles de primera mano las razones de nuestra lucha. Izaskun Landaida, directora general de Emakunde, nos contestó por teléfono y la respuesta fue que su agenda está demasiado ocupada para atendernos en estos momentos.

Ojalá nos hubiéramos encontrado con otra respuesta, pero parece que para los poderes públicos y, en concreto, para el organismo garante de defender la igualdad entre mujeres y hombres, no es prioritario atender la situación de precariedad laboral y de vida de un colectivo que asciende a 5.000 trabajadoras.

Parece que una durísima huelga, en la que una de las partes ni siquiera se quiere sentar a negociar (las patronales) y la Diputación de Bizkaia elude su responsabilidad y da cobertura a las posiciones patronales, no es suficiente para que Emakunde lo tome en consideración.

Una vez más, igual que en conflictos laborales anteriores, Emakunde argumenta su falta de competencias, no así su voluntad política ante este flagrante conflicto. Las trabajadoras en huelga ponemos en duda esta voluntad.

Una vez más, observamos con pena el lugar que ocupan las políticas de igualdad de género. Lejos de ser políticas de primera línea, quedan relegadas a un premio de consolación ante la prioridad de las grandes infraestructuras como el Tren de Alta Velocidad o la propuesta del diputado Rementeria de hacer un nuevo “Rontegi”. Al final optan por políticas que buscan el beneficio de una minoría y dejan de lado las necesidades sociales de la mayoría.

Desgraciadamente, los intereses empresariales y particulares de un grupo reducido de hombres se superponen, haciendo prevalecer las relaciones clientelares entre la administración y las empresas subcontratadas (LARES, GESCA, ELBE) de la Diputación de Bizkaia.

Ante todo ello, “eskerrik asko” Emakunde, por dejarnos abandonadas de nuevo. “Eskerrik asko” por deslegitimarte y poner en cuestión tu rol como institución garante en la defensa de los derechos de las mujeres.

Muy a nuestro pesar, “eskerrik asko” por contribuir a esa paz social en el que nada cambia y las “malas mujeres” volvemos a ser criminalizadas sin reconocernos como sujetos con capacidad de incidir en nuestras condiciones de trabajo y de vida.