Un conflicto de mujeres

13/02/2017
Me resisto a creer que esté en lo cierto, pero la actitud de los responsables de la Diputación Foral de Bizkaia y de las tres patronales del sector de residencias (GESCA, LARES y ELBE) me lleva a concluir, cada día que pasa, que la búsqueda de una solución al conflicto laboral y social de las trabajadoras de las residencias de Bizkaia no es una prioridad para ellos. ¿Por qué? Lisa y llanamente, porque es un conflicto protagonizado por mujeres que pelean por llevarse 1.200 euros mensuales y mejorar sus condiciones laborales de miseria.

El próximo 17 de de marzo se cumplirá un año de la primera jornada de huelga, en un conflicto que, como todo el mundo conoce, en un 95 % está protagonizado por mujeres. Estas mujeres, con su lucha, están siendo capaces de sacar a la luz algo que las patronales y la propia Diputación trataban de ocultar a la opinión pública: Las empresas del sector, con la connivencia del poder político, están ganando mucho dinero sin garantizar un trato digno y de calidad a los residentes, tal como han denunciado los propios familiares.

El ámbito de las residencias está encuadrado en el sector sociosanitario. Este ámbito, que debería ser público, está privatizado casi en su totalidad. El sector sociosanitario es un ámbito de negocio “floreciente y rentable”, en el que empresarios vascos y españoles con buenos contactos en la política, que antes hacían “negocio” en el sector del “ladrillo”, hoy lo hacen en este sector. Muestra de ello es que el grupo Igurco, con residencias y centros de día en Bizkaia que agrupan a cerca de 320 trabajadoras, tuvo unos beneficios de más de 3 millones de euros en los ejercicios 2014-2015. Por su parte, Sanitas, con cerca de 300 trabajadoras en el sector en Bizkaia, obtuvo beneficios superiores a 2 millones de euros en los ejercicios 2012-2014.

Este ámbito de negocio es, además de muy rentable, más seguro que el del “ladrillo”. Los clientes potenciales somos la propia sociedad: en 2029 un tercio de la sociedad vasca tendrá más de 65 años. El número de residentes es proporcionado y gestionado por la propia administración pública; a partir de ahí, unos ratios del siglo pasado y unas condiciones laborales de miseria hacen el resto. La ecuación es muy sencilla: financiación pública + condiciones de miseria + ratios legales bajos = Negocio seguro.

Esto es lo que estas mujeres de las residencias de Bizkaia están sacando a la luz pública con su huelga; un negocio muy rentable, con un futuro más que prometedor, cuya rentabilidad es y será aún mayor, si los ratios se mantienen como hasta ahora y, aún más, si el cuidado de nuestros mayores se carga sobre las espaldas de mujeres con condiciones precrarias y de miseria, como es el caso.

De esto son muy conscientes tanto la patronal como las instituciones; si no, no se pueden entender...

1.- Que el conflicto laboral y social siga abierto y sin visos de solución tras casi un año de conflicto laboral y social y más de 80 días de huelga.

2.- Que se mantenga en vigor un Decreto de Ratios del siglo pasado (1998), que no garantiza a los usuarios una calidad asistencial digna, y que ni el Gobierno vasco, ni la Diputación, hayan hecho hasta la fecha nada para cambiar dicho Decreto.

3.- Que la Diputación de Bizkaia, tras más de 80 días de huelga, esté regalando dinero a las empresas por un servicio que no prestan durante el conflicto, aumentando así sus considerables beneficios; algo que reconoce la propia patronal. Hay que recordar que la estimación realizada por ELA con 75 días de huelga era superior a los tres millones de euros.

4.- Y que el propio Diputado General de Bizkaia, Unai Rementeria, manifieste en más de una ocasión que encima de la mesa hay una propuesta para las trabajadoras más que razonable; cuando esa propuesta no garantiza ni un salario de 1.200 euros al mes para un colectivo importante de trabajadoras en huelga.