¿Hacia dónde?

2022/09/06
Gorka Vierge
Después de atravesar con no poco sufrimiento los rigores de la canícula de julio y agosto, nos encontramos ya en los inicios de un curso que ya veremos qué nos depara. De momento, y echando un vistazo objetivo a nuestro alrededor, me atrevería a decir que no existen demasiados motivos para ser optimistas.

Desde el punto de vista económico la inflación está destrozando nuestra capacidad adquisitiva y las perspectivas de mejora no son nada halagüeñas mientras las grandes eléctricas y la banca acumulan beneficios estratosféricos, provenientes de nuestros maltrechos bolsillos. No parece que la guerra de Ucrania vaya a finalizar en el corto plazo así que la espiral de subida de precios en los carburantes y alimentos puede que todavía siga creciendo y que, por lo tanto, acabemos el año bastante más pobres de lo que lo empezamos.
Y aquí viene la segunda parte de toda esta crisis; es evidente que en la sociedad se está gestando un malestar creciente, una sensación de hartazgo y de enfado social que se va extendiendo a todas las capas de la población. El problema radica en saber hacia qué dirección se va a orientar ese descontento que todavía nadie ha sido capaz de articular: ¿Será la izquierda quien canalice la desesperación de la gente y se pueda explorar una salida a esta crisis desde la solidaridad y la igualdad? ¿o será la derecha y la extrema derecha quienes aprovechen la rabia de la sociedad para imponer su agenda política autoritaria en beneficio de los que más tienen?
Alguien podría tener la tentación de pensar que en nuestros pueblos y ciudades esta segunda opción es impensable, pero yo, desde luego, creo que la izquierda, los movimientos sociales y las gentes que creemos en una sociedad más justa no estamos en disposición de dar por ganada de antemano ninguna batalla.