Las pensiones… otra vez

2023/02/01
Sin necesidad de acudir a las estadísticas oficiales, basta con darse una vuelta por nuestras calles y plazas para comprobar que entre nuestros paisanos muchos ya están en el otoño de su vida. Mujeres y hombres que, después de mucho trabajar, cobran una pensión que, a la mayoría de ellos, les permite vivir con cierta dignidad y que son conscientes del valor que han tenido las luchas colectivas para poder disfrutar de unas prestaciones razonables.

Soy consciente de que es un sistema imperfecto que, sobre todo penaliza a multitud de mujeres que no pueden acceder a una pensión por no tener los suficientes años cotizados, y que hay otros tantos que tienen pensiones bajas, pero en cómputos globales el sistema de pensiones que tenemos es la columna vertebral sobre la que descansa el estado de bienestar ya que prioriza la salud y el buen vivir de la gente frente a los intereses económicos de aquellos que desean hacer un próspero negocio privado con el dinero de todos nosotros.

Pues bien, parece ser que este gobierno quiere volver a elevar los años de cálculo de jubilación y, por lo tanto, recortar las pensiones y, con su desconcertante ministro de Seguridad Social a la cabeza, están pergeñando una reforma que no augura nada positivo. Según diferentes medios de comunicación que presumen de estar siempre bien informados, el recorte de pensiones es el precio que le exige Bruselas a Madrid a cambio de la siguiente tanda de fondos europeos. En otros países como Francia también lo están intentando, pero la respuesta que han dado las capas populares de la población al otro lado de la muga con huelgas y manifestaciones está siendo un quebradero de cabeza para Emmanuel Macrón.

No es la primera vez que, a través de argumentos y datos bien cocinados, nos aumentan la edad de jubilación o los periodos de cálculo para acceder a las mismas; lo hicieron en el 2.010 y en el 2.011, aprovechando el estado de shock que vivía la ciudadanía a raíz de la profunda crisis que afectó a los mismos cimientos de toda la economía europea. 

Por eso, deberemos estar atentos a los cambios que quieran introducir, salir a la calle e interpelar firmemente a partidos políticos como Podemos, EH Bildu y PNV para que estén a la altura de lo que exige este momento político y no sean partícipes de ningún recorte que pueda afectar a vecinos y vecinas de nuestros pueblos y ciudades. Estas organizaciones políticas, cada uno a su manera, tienen capacidad para condicionar la política económica de este gobierno y tendrán que poner toda su alma, corazón y vida en hacerlo para no decepcionar a la ciudadanía. Confiamos plenamente en que se alejen de los cantos de sirena que emanan de los grandes poderes económicos y que no traicionen la voluntad de las personas de este país: ni a los que ahora están jubilados ni a los que se incorporarán al sistema de pensiones paulatinamente en los próximos años.