Reforma laboral: ¿ahora si?

2021/11/30
Dicen los sociólogos que el nuestro es un país envejecido; que nuestra gente se va haciendo mayor. Probablemente sea cierto, pero también lo es que entre nosotros sigue habiendo mucha gente joven que, una vez acabada su trayectoria estudiantil, tiene ganas de dar el salto al mercado de trabajo para poder emanciparse y disfrutar de una vida decente sin estar en el nido materno-paterno más tiempo del necesario.

Sin embargo, el gran problema al que se enfrentan nuestros paisanos más jóvenes, aunque no sólo ellos, es  que el acceso a un trabajo digno y en condiciones se ha complicado demasiado y las sucesivas reformas laborales han traído consigo una precariedad laboral que los limita profundamente: es esa generación que vino al mundo aproximadamente con el cambio de siglo la que está padeciendo en sus propias carnes las consecuencias de las modificaciones que se hicieron en su día en el Estatuto de los Trabajadores, cuyo fin no era otro que maximizar el beneficio de grandes empresas y multinacionales. Y es que no parece exagerado afirmar que el empleo de hoy en día, si lo comparamos con el de hace 10 años, es de menor calidad, está peor pagado, es más inestable e inseguro y el despido resulta mucho más barato.

Por eso, cada vez que escucho a los representantes de los partidos políticos divagar, especular y mercadear con la hipotética derogación de la reforma laboral, me viene a la cabeza la precariedad que están soportando Joseba, Miren, Marta o tantas otras vecinos y vecinas, que son los verdaderos damnificados de los efectos perniciosos de las reformas laborales. De ahí que resulte imprescindible interpelar a los partidos que, al menos discursivamente, muestran más sensibilidad con este asunto, para que la reforma laboral ocupe el primer puesto en la jerarquía de sus prioridades. 

Porque, a pesar de que en el Congreso de los Diputados el debate dialéctico sobre la conveniencia de derogar la reforma laboral sea recurrente, la cruda realidad es que estamos a mitad de legislatura y todavía no se ha abordado con rigor este tema y, por tanto, no se ha puesto límite al abuso y la explotación que se sufre en algunos sectores del mundo del trabajo.

Dicen que este mes será decisivo en la tramitación de una nueva ley que deje atrás la reforma laboral. Estaremos muy atentos ya que lo que ahora se acuerde, determinará durante años las condiciones laborales de nuestros hijos e hijas. Sabemos que no es fácil destruir el muro de los privilegios, pero al menos espero que los diputados y diputadas que nos representan hagan todo lo que esté en su mano para que así sea.