Eskerrik asko prekarietateari!!!

2015/12/07
Hurrengo mezuan, prekarietatearen aurrean sindikalgintzak duen indarrari buruz hitz egiten du ELA sindikatuko Luis Fernandezek. Esperientzia pertsonaletik abiatuta idazten du, lan egoera prekarioak bizi dituztenen alboan hitz egiteari buruz.

 

Nunca he sido de los que opinan “que cuanto peor, mejor”. Los pueblos que hace 20 años eran explotados en el mundo hoy lo son más. Digo esto, para que no se llegue a esa conclusión tras leer este mini-relato respecto a la precariedad, vivida en primera persona.

Con 20 añitos recién cumplidos, comencé mi vida laboral. El boom de las empresas proveedoras de Volkswagen Navarra, parecía una buena oportunidad para un electrónico. La cosa cambió cuando me llego mi primera nómina a casa. Cuando mi ama la vio dijo: “parece que voy a tener que seguir dándote la paga...”. Parecía increible, pero era cierto. El salario era del 60% de un paupérrimo Convenio del Metal de Nafarroa por hacer piezas en una cadena de montaje.

En la empresa me dijeron un alentador “tranquilo, que poco a poco mejorará...”. A los pocos meses varios de nosotros empezamos a pulular por los sindicatos. Para todos nosotros, era un territorio desconocido. Nos decían que todo era legal, que eran unos ladrones, pero no se podía hacer nada. Al final me hablaron de un sindicato que yo, por aquel entonces, en Iruña, ni conocía. En él me enseñaron cómo organizar a la gente y, en poco tiempo, conseguimos que las condiciones en la empresa mejoraran sustancialmente.

Han pasado más de 20 años. Y sigo siendo sindicalista. La precariedad me hizo serlo, y en la organización de la defensa colectiva de la clase trabajadora me implico cada día. Militar en algo así es inmensamente gratificante. Sin esos explotadores de hace más de 20 años mi vida hoy sería diferente, seguramente más fácil, pero no mejor.

Hoy las cosas han cambiado mucho, pero lanzo dos reflexiones: la primera, que las dificultades deben ser un revulsivo para cualquier militante social en este momento. Saber procesar las dificultades para convertirlas en oportunidades, es un estado mental necesario. La segunda. El precariado actual y futuro está llamado a liderar el cambio de modelo. Acercarse a la gente precaria, darles apoyo y ofrecerles alternativas de lucha, es un ilusionante reto para nuestra generación. A mí la precariedad me hizo militante. Es un valor con el que el capitalismo no cuenta. Es precisamente el valor que debemos fomentar.

 

Con 20 añitos recién cumplidos, comencé mi vida laboral. El boom de las empresas proveedoras de Volkswagen Navarra, parecía una buena oportunidad para un electrónico. La cosa cambió cuando me llego mi primera nómina a casa. Cuando mi ama la vio dijo: “parece que voy a tener que seguir dándote la paga...”. Parecía increible, pero era cierto. El salario era del 60% de un paupérrimo Convenio del Metal de Nafarroa por hacer piezas en una cadena de montaje.

 

En la empresa me dijeron un alentador “tranquilo, que poco a poco mejorará...”. A los pocos meses varios de nosotros empezamos a pulular por los sindicatos. Para todos nosotros, era un territorio desconocido. Nos decían que todo era legal, que eran unos ladrones, pero no se podía hacer nada. Al final me hablaron de un sindicato que yo, por aquel entonces, en Iruña, ni conocía. En él me enseñaron cómo organizar a la gente y, en poco tiempo, conseguimos que las condiciones en la empresa mejoraran sustancialmente.

 

Han pasado más de 20 años. Y sigo siendo sindicalista. La precariedad me hizo serlo, y en la organización de la defensa colectiva de la clase trabajadora me implico cada día. Militar en algo así es inmensamente gratificante. Sin esos explotadores de hace más de 20 años mi vida hoy sería diferente, seguramente más fácil, pero no mejor.

 

Hoy las cosas han cambiado mucho, pero lanzo dos reflexiones: la primera, que las dificultades deben ser un revulsivo para cualquier militante social en este momento. Saber procesar las dificultades para convertirlas en oportunidades, es un estado mental necesario. La segunda. El precariado actual y futuro está llamado a liderar el cambio de modelo. Acercarse a la gente precaria, darles apoyo y ofrecerles alternativas de lucha, es un ilusionante reto para nuestra generación. A mí la precariedad me hizo militante. Es un valor con el que el capitalismo no cuenta. Es precisamente el valor que debemos fomentar.