“Nuestros gobiernos aplauden y normalizan el apartheid”

Elkarrizketa Texto: Gorka Quevedo Fotos: Hosny Salah
Olga Rodríguez Francisco, León (1975), periodista especializada en Oriente Medio y Derechos Humanos

Olga Rodríguez Francisco conoce al dedillo Palestina y todo Oriente Medio. Lleva más de dos décadas cubriendo los conflictos más importantes de la región, labor por la que ha recibido numerosos premios y reconocimientos. Pero, además, Olga Rodríguez es un referente también por su labor en defensa de los derechos humanos. Actualmente, es miembro de la Junta directiva de UNRWA-España, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos.

Has estado muchas veces en  Palestina, donde tienes muchos amigos y conocidos. ¿Cómo estás viviendo esta situación?

Con muchísima preocupación. Preocupación a nivel personal, porque conozco a mucha gente en Gaza, gente que no sé si está viva o muerta. Pero también estoy preocupada porque estamos ante la imposición de la ley de la jungla. Sabemos que en el fondo las relaciones internacionales prima la ley del más fuerte, pero esto está significando arrojar la careta definitivamente, sin ni siquiera aparentar nada. Es terrible.

La mayoría de los grandes medios nos dicen que estamos ante un conflicto entre ‘Hamas e Israel’, obviando toda referencia a Palestina. ¿Es una manera de invisibilizar un conflicto colonial que dura décadas?

No hay más que ver cómo se habla de la propia población palestina, de una manera muy deshumanizada, como si fuera una masa homogénea de islamistas barbudos y mujeres sumisas. La sociedad palestina, como todas, es una sociedad plural, con mucha gente muy consciente de la necesidad de luchar por sus derechos.

Hamas es un partido político, –un movimiento, dicen ellos– que tiene un brazo armado. Israel dice: ‘vamos a terminar con Hamas’. Hay muchos líderes políticos de Hamas que no están en Gaza. ¿Con qué Hamas quiere terminar? Hay un montón de funcionarios de Hamas que trabajan como burócratas, como profesores en la administración. ¿También los van a matar a todos? Pero, además de Hamas hay otras milicias armadas. En Cisjordania están las Brigadas de Al Aksa, también en Gaza está la Yihad Islámica, aunque sea de una forma menor están las milicias del Frente Popular de Liberación de Palestina…

Este lenguaje, absolutamente torticero, no se ajusta a la realidad. Es como cuando hablan de ‘evacuación’. No es una evacuación, es un desplazamiento forzado. Israel está forzando un desplazamiento a través de una masacre y de órdenes específicas de sus representantes políticos y militares.

Esto es simplificar y reducir una realidad que, además, está marcada por un eje vertebral como es una ocupación ilegal y una aplicación de un sistema de segregación contra la población palestina.

Estamos ante un conflicto colonial que se produce desde hace décadas. Sin embargo, hasta la acción de la resistencia palestina del 7 de octubre este conflicto estaba en una segunda línea de la agenda mediática.

Porque han muerto israelíes. Desde enero a septiembre en Cisjordania el ejército de Israel y los colonos habían asesinado al menos a 170 palestinos. A esto hay que añadir todos los arrestos arbitrarios, lo que llaman la detención administrativa. Hay más de mil personas sin cargos y sin juicio pudriéndose en las cárceles. Y como bien dice la población palestina, esto también es un secuestro. Todo esto es una realidad que está totalmente asumida, normalizada, y que, efectivamente, no está en el foco mediático. La atención la ha llamado los atentados de Hamas, y eso es lo que ha girado el foco hacia allá.

¿Cómo valoras la postura de la llamada ‘comunidad internacional’ u occidente?

A mi me gusta llamarla ‘comunidad internacional occidental’ o ‘comunidad occidental’. Estados Unidos ha cerrado filas en una defensa absoluta de todos los pasos de Israel. En Washington a menudo hablan de Israel como el portaaviones estadounidense en Oriente Medio. Eso ha implicado que pidan 14.000 millones de dólares más de ayuda militar. Y además están asesorando militarmente y dando armas a Israel para que cometa su masacre y persista en este episodio tan vergonzoso y negro.

Europa, en líneas generales, salvo alguna excepción, se ha plegado a los Estados Unidos. Es llamativo y escalofriante que las primeras semanas no hubiera ninguna llamada de alto el fuego por parte de nadie perteneciente a esos gobiernos occidentales. Básicamente están apoyando una operación militar que implica una masacre con 13.000 muertos más (a fecha de cierre de esta entrevista), y sin saber cuándo va a terminar esto.

¿Qué objetivos tiene Israel?

En estos casos hay que mirar a la historia reciente, que siempre nos da datos. Israel suele aferrarse a una política de hechos consumados. Es decir, llega a un lugar, lo ocupa ilegalmente, protege a los colonos y ahí se queda. Y décadas después, ahí siguen. El escenario de una guerra, o al menos el de inseguridad, es el idóneo para que Israel pueda abordar más ocupación y más control militar. El propio Netanyahu (primer ministro de Israel) ha dicho recientemente que Israel debería tener el control militar de Gaza por un tiempo indefinido.

Israel baraja varios planes. Otro, que no lo descartan, es expulsar a la población de Gaza al Sinaí egipcio. Para ello, han dicho, construirían ciudades de tiendas de campaña. Durante tiempo han ido filtrando diferentes planes, a veces mediante los servicios de inteligencia y a veces mediante representantes del Gobierno. Incluso han reconocido públicamente que querían causar el mayor daño posible.

¿Qué va a ocurrir después? No lo sé, pero dependerá en gran parte de lo que presione, o deje de hacerlo, la comunidad internacional. Por lo visto hasta ahora no está dispuesta a presionar mucho. En este sentido, las primeras peticiones de un alto el fuego han venido un mes después.

Israel ya tiene en el norte de Gaza lo que llama ‘zonas de amortiguamiento’, zonas que pretenden mantenerlas bajo control militar un tiempo. Hamás sigue respondiendo como puede a los bombardeos y, por lo que vemos, una parte del norte de la Franja va a estar bajo control militar israelí. En el sur, en una franja de muy pocos kilómetros cuadrados, se va a tener que apelotonar la mayoría de la población de Gaza. Eso es una bomba de relojería, es insostenible.

¿Cómo se puede solucionar este conflicto?

A día de hoy Israel no tiene voluntad para llegar a un proceso de paz, para cumplir la resoluciones de la ONU sobre derecho internacional, para dejar de ocupar ilegalmente Palestina, para dejar de aplicar un régimen de segregación contra la población palestina… Habría que buscar interlocutores válidos en Israel dispuestos a eso. Hoy en día es muy minoritario el sector de la población de Israel dispuesta a cumplir con todos estos puntos. En política no hay representantes que defiendan esta opción, lo que supone un grave problema. Por parte palestina hay líderes políticos que llevan mucho tiempo encarcelados y que podrían ejercer un liderazgo muy interesante, pero siguen en prisión.

Una vez, una de esas voces muy minoritarias que hay en Israel me hizo la siguiente reflexión: ‘hasta que mi país no entienda que el precio de no tener paz es más alto que el precio de tenerla, ésto va a seguir igual’. Tiene que haber un cambio en el orden internacional. Hoy los actores internacionales no presionan a Israel. La comunidad internacional podría revertir esta situación. La situación está enquistada porque es el escenario idóneo que permite a Israel seguir extendiendo su ocupación. Cada vez que voy a Cisjordania veo nuevos asentamientos colonos y más territorios ocupados. Israel sigue aplicando las políticas de opresión que expulsan a los Palestinos. Quedarse en su tierra es una resistencia en sí mismo. No es nada fácil vivir en Cisjordania o Jerusalén Este. Y en Gaza ya ni te digo.

Centrándonos en una posible solución. Si me planteas que para la solución de los dos estados hay que expulsar a los más de 600.000 colonos que ocupan ilegalmente Jerusalén Este y Cisjordania. ¿Está Israel dispuesto? No. ¿Debería estarlo? Sí, claro. Y debería cumplir la resoluciones de la ONU y la legalidad internacional.

Pero, pensemos de otra manera. ¿Por qué no un estado binacional? Israel quiere el territorio palestino pero sin los palestinos, porque atenta contra la esencia de un estado judío que tiene que mantener la mayoría judía. ¿Cómo es posible que una idea tan antigua, creada en el siglo XIX, se esté defendiendo de una manera tan normalizada en el siglo XXI? Claro que puede haber un estado binacional con diferentes religiones y diferentes etnias.

Si nos ponemos a soñar, dentro de este escenario que es bastante difícil, me parece bastante más razonable el concepto de un estado que transmita a su gente que nadie es inferior a nadie. El concepto de asumir que Israel tiene que ser un estado judío de mayoría judía tiene una implicación con connotaciones muy peligrosas y racistas.

Además, no podemos olvidar que hay millones de palestinos y palestinas refugiadas viviendo fuera de Palestina.

El retorno de esta gente implicaría connotaciones democráticas. Cuando se dice que Israel es la única democracia de Oriente Medio es una falacia. No se puede ser una democracia y prescindir de determinados valores como la igualdad, que es un valor que define una democracia. Israel renuncia a la igualdad desde el día uno. En Israel hay ciudadanos de cuarta categoría, que no tienen derecho a absolutamente nada. Son personas a las que se les despoja de sus derechos, lo cual es terrible.

Hace muchos años, un palestino que participó en la Segunda Intifada, me dijo: ‘un día me levanté por la mañana y me di cuenta que lo que te quitan por la fuerza solo lo puedes recuperar por la fuerza’. Que un ser humano llegue a esta conclusión es muy jodido. Y es lo que los palestinos ven, porque ven que no tienen otra manera. Están hartos de que se les diga que se empatiza con ellos, que sí, que es una injusticia que no se cumplan las resoluciones internacionales y que se ocupe su territorio… Y están hartos porque luego no se hace nada. Luego, evidentemente, ya sabemos que los palestinos no tienen la fuerza militar. Hamas puede seguir imitando a Vietnam y su guerra de guerrillas, pero la fuerza aplastante la tiene Israel.

Durante tu trayectoria has mostrado una gran sensibilidad por todo lo relacionado con los Derechos Humanos. ¿Qué repercusiones tienen este tipo de agresiones en las generaciones futuras?

Hace poco lo decía McChrystal, general del ejército de los Estados Unidos. Si tu bombardeas indiscriminadamente, matas a civiles todas las semanas, ocupas un país o un territorio, ejerces la violencia de forma continua, pues... Eso lo comprobó él mismo en Iraq y Afganistan, y lo llamó ‘la matemática insurgente’. ¿Matas a dos civiles? Pues surgen veinte nuevos insurgentes. La gente tiene hermanos, amigos, padres, hijos… Si te los matan de una forma tan sumamente injusta y violenta, a lo mejor el único camino que te dejan es empuñar las armas de forma absolutamente desesperada.

Esto es una realidad de la que estos días están advirtiendo muchos expertos. (Abdel Aziz) Al-Rantisi, uno de los fundadores de Hamas, asesinado en 2004, siempre contaba que con 8 años vio como el ejercito israelí ejecutaba un montón de personas en Gaza, y que eso se le quedó para siempre en la memoria. ¿Cuánta de esta gente no va a acumular una rabia interna que le lleve a respuestas desesperadas? Y más aún si se ven condenadas a vivir, por ejemplo, en tiendas de campaña.

El índice de estrés postraumático es terrible. Y no solo en Gaza, también en Cisjordania. Ese ahogo, esa asfixia continua que sufren los chavales es terrible. Ves a niñas que se levantan a las cinco de la mañana para ver si pueden cruzar el checkpoint (puntos de control del ejército de Israel) a tiempo y llegar al colegio. Es un apartheid en estado puro, pero, además, aplaudido y totalmente normalizado por todos nuestros gobiernos.  Si algún día llega la cordura y cae la hipocresía, a todos esos bienpensantes con corbata les gustará decir que ellos no participaron en esto. Y nos estarán mintiendo.