El problema de la vivienda tiene solución: ALDA está en ello

El inaccesible precio para acceder a una vivienda es una de esas cuestiones aparentemente irresolubles, que no se pueden cambiar. Se suceden leyes, normativas, movilizaciones (no tantas…). Para dejarlo todo, más o menos, como está. Eso sí, si entra dinero público con el supuesto objetivo de “ayudar a la juventud”, el que acaba ganando siempre es el propietario, en cuyo bolsillo acaba siempre el dinero procedente del presupuesto público.
Y, sin embargo, hay ejemplos en Euskal Herria para demostrar que el acceso a la vivienda se puede facilitar si hay organización social, movilización y se fuerza el compromiso político para ello. Las personas que leen ALDA ya sabéis que ALDA no es sólo el nombre de una revista. También identifica al movimiento social nacido en 2020 para defender los intereses de las clases populares de Iparralde. En tan poco tiempo ha conseguido demostrar que cuestiones inamovibles como la carestía de la vivienda pueden combatirse con eficacia e, incluso, cambiarse.
De hecho, su campaña de concienciación sobre la vivienda logró que el 20 de noviembre pasado, junto a otros agentes convocantes, más de 8.000 personas se manifestaran en Baiona para exigir modificaciones en las leyes sobre vivienda. Y el primer resultado legislativo está al caer.
Previsiblemente, el CAPB (entidad administrativa de Iparralde) del 5 de marzo de 2022 aprobará una norma que en el Estado español sería revolucionaria, pero que ya existe en grandes ciudades como París, Nantes o Burdeos: consiste en obligar a los propietarios que desean alquilar de forma permanente un alojamiento turístico tipo Airbnb a ofertar un nuevo alojamiento de superficie equivalente y ubicado en la misma zona para el alquiler anual no turístico. Esto dificultará el uso especulativo de la vivienda (un bien de primera necesidad), que tiene como efecto neto el aumento de los precios del mercado inmobiliario. Como ventaja previsible, el parque de vivienda disponible se ampliará y la carrera alcista de precios se verá atenuada al limitar el impacto del alquiler turístico. Ambos efectos serán beneficiosos para la población local.
Habrá que celebrarlo el 5 de marzo, en Baiona.