Fondos europeos: El falso maná que nos costará muy caro

A estas alturas todo el mundo debería tenerlo claro, pero siempre conviene recordar y relacionar ciertas cosas: el ‘maná’ europeo (Plan Next Generation) prometido por la UE para la supuesta recuperación económica tras la crisis del covid-19 servirá para costear las inversiones de empresas con beneficios multimillonarios que no pagan impuestos y despiden a sus plantillas (Iberdrola, Petronor…), y a sufragar negocios engrasados por puertas giratorias como la de Asier Atutxa: el hijo del histórico jelkide Juan Mari Atutxa fue presidente del Puerto de Bilbao y ahora dirige la consultora PwC, que casualmente es la elegida por el Gobierno Vasco para seleccionar los proyectos que recibirán esa lluvia de millones.
Para cerrar el círculo, uno de esos proyectos “resilientes” (la palabra de moda que anticipa un ‘marrón’ gordo que te quieren endosar, como ya lo fueron ‘flexiseguridad’, ‘economía colaborativa’ y un largo etcétera) será el Centro de Emprendimiento de Bilbao, impulsado precisamente por PwC, la consultora de Atutxa junior. Es decir, ‘yo propongo a quién destinar el dinero público, y me incluyo yo mismo en la lista (con 26,5 millones, para mayor exactitud). Presionado por el escándalo de la primera propuesta, Urkullu ha ocultado en la carta a los Reyes Magos de Madrid (el reparto lo decidirá Pedro Sánchez) cualquier mención a empresas concretas o al TAV.
Hasta aquí no se descubre nada. Algo más sorprendente es la unanimidad política (con muy escasas excepciones, y no precisamente entre los partidos) para dar por bueno este modelo. Y no solo eso, sino la carrera por presentar más proyectos a los que dirigir miles de millones de euros cuyo ‘no-destino’ quedó claro desde el principio: “Los fondos serán para inversiones, no para populismo político ni para tapar agujeros”. Y lo dice alguien que decide estas cosas, que se llama Valdis Dombrovskis y es vicepresidente de la Comisión Europea. Traducido de su idioma, el letón, quiere decir que populismo y agujeros es todo lo relacionado con la salud, la educación, la protección social… En fin, lo que nos permite vivir como personas. Incluso a la gente como él, que no solo están en Letonia, por supuesto, ni en la Comisión Europea.
En definitiva, que a cambio de lucrar aún más a las grandes constructoras, multinacionales (algunas muy vascas) y consultoras (esas que falsean las cuentas de países y empresas cuando les hace falta), lo que nos vamos a encontrar, de entrada, es un recorte en nuestra pensión de al menos el 6% (cálculo oficial al aumentar el tiempo de cómputo de 25 a 35 años cotizados). Y como Dombrovskis habla claro y se le entiende -incluso en letón-, él tiene la penúltima palabra de este artículo: “Para acceder a los fondos europeos, el Estado español deberá profundizar en la reforma laboral, en la sostenibilidad de las pensiones y en la aplicación de la Ley de Unidad de Mercado”, signifique eso lo que signifique.
Por eso no es ninguna marcianada defender el rechazo a esos fondos europeos que tan caros nos van a salir. Y del mismo modo se comprende a los entusiastas que los van a cobrar, pero al resto…