Elecciones sindicales: La única democracia en el trabajo

El propio nombre de esta revista, ALDA, lleva en dos de sus siglas las palabras ‘Lana’ (Trabajo) y ‘Demokrazia’ (Democracia), tal y como aparece en la portada. ¿Y cuál es el proceso que enlaza trabajo y democracia? Solo hay uno: las elecciones sindicales.
De hecho, el centro de trabajo persiste como uno de los pocos espacios públicos no democráticos y, además, de forma bastante radical: al ‘curro’ se va a obedecer y por obligación, como único medio que la clase trabajadora tiene para subsistir, con mejores o peores condiciones. La empresa manda, en definitiva, y sus decisiones no se adoptan de forma democrática.
Por ello, las elecciones sindicales, cuyo periodo concentrado empieza este otoño, tienen tanta importancia: son el único momento (y solo una vez cada cuatro años) en el que las personas empleadas pueden elegir su representación y dejar claro a la empresa cuáles son sus reivindicaciones y quién las va a defender mejor. Cientos de miles de personas en Euskal Herria dan legitimidad a uno u otro sindicato para que las represente en un entorno hostil y formalmente antidemocrático, donde la mayoría de las mejoras laborales se alcanzan tras un conflicto (movilizaciones, huelga…) o por la posibilidad y la capacidad de provocarlo (y las empresas suelen medir esa correlación de fuerzas y la capacidad de cada sindicato para ello).  
Hay un dato que ilustra la importancia de las elecciones sindicales y que, de por sí, supone una denuncia contra el desequilibrio mediático respecto al ‘bombo’ que se da a las elecciones políticas. En los municipios de Navarra y la CAPV se eligen 4.647 concejales/as; son representantes públicos y un pilar importante del sistema democrático. Por comparar: ¿Cuantas personas son delegadas sindicales en sus empresas? En este momento, 24.552 exactamente. Es decir, multiplican por seis la cantidad de personas que ejercen como concejal y, sin embargo, ¿qué eco social y mediático tienen las elecciones sindicales?
Tomando todo eso en cuenta, es muy destacable que la clase trabajadora vasca, año tras año (hay elecciones sindicales todos los días, en una empresa o en otra…) elige a ELA como primer sindicato en Hego Euskal Herria (36% de la representación), doblando el respaldo que obtiene el siguiente sindicato (LAB).
En el periodo concentrado que ahora empieza, hay que aprovechar esa ventana democrática en todos los centros de trabajo. La mayoría ya lo sabe y lo ha comprobado: “A la hora de la verdad… ELA”.