Gure lagunik onenak!

Elkarrizketa Nerea Ispizua
Aiora Zulaika (Pirritx), Mertxe Rodríguez (Marimotots) y Josemari Agirretxe (Porrotx) son los tres componente actuales de Pailazoak, un proyecto cultural y social que cumple 30 años fiel al euskara, la alegría de vivir y lo valores.

Pronto se cumplirán tres décadas de aquel 24 de diciembre de 1998 en el que tres jóvenes de Lasarte Oria decidieron vestirse de payasos para celebrar la llegada del Olentzero. Lo que empezó siendo la locura maravillosa de un día ha ido creciendo de manera imparable hasta nuestros días. “El sueño de un día se ha convertido en un oficio maravilloso para toda la vida. Nacimos por y para el euskera, y aquí seguimos”, relata Josemari Agirretxe, Porrotx, el único superviviente del grupo original.

Hoy por hoy, Pailazoak -más conocidos por el gran público como Pirritx, Porrotx eta Marimotos- son un proyecto cultural muy serio, en el que trabajan más de una docena de personas, que año tras año sorprende a sus seguidores con un nuevo espectáculo en el que abordan temas sociales de actualidad, enfocados desde los valores y en un formato diferente: música, canciones y baile, interpretadas con enormes dosis de alegría y amor. Y todo ello, en euskara, “su esencia”.

Pero si las actuaciones de este grupo de payasos suelen ser auténticas inyecciones de optimismo, en las que centenares de peques y adultos acaban de pie cantando y bailando tras arreglar el mundo en un par de horas gracias a sus gafas de colores, no es menos mágico lo que ocurre cuando se bajan del escenario: los cientos de besos y abrazos que reparten, los cientos de fotos y selfies que se hacen, los cientos de carteles y fotos que firman… Y es que la conexión estrecha y nada ficticia con sus seguidores -bajitos y no tanto-, su compromiso social y personal es, sin duda, el secreto a voces de su éxito.

Estas payasas -en femenino, porque las mujeres son mayoría en el grupo- comparten con su público las alegrías, pero también las tristezas. Familiares de niños y niñas enfermos o con algún tipo de discapacidad son testigos en primera persona de la generosidad de Josemari, Aiora y Mertxe. No es casual que ellos visibilicen y vean piratas donde otros sólo ven a niños enfermos protegidos con pañuelos que cubren su cabeza desnuda, fruto de la enfermedad. “Estos niños y niñas, esos y esas piratas nos han hecho reflexionar y nos han enseñado mucho sobre el sentido de la existencia y cómo el humor puede aportar una forma de vivir diferente, positiva, constructiva, respetuosa y cargada de esperanza”, aseguran. “Nos han enseñado a mirar a los ojos de las personas”, confiesan.
Así las cosas, a nadie puede extrañar la auténtica declaración de amor que recibió Porrotx hace un tiempo antes de una actuación. “Se nos acercó una madre y nos dijo: os traigo una nota de mi hijo. Una amiga me ha dicho que está mal escrita, pero que vosotros la entenderéis”... La nota ponía: “Porrotx, zu zara nire lagun hobetoagoa”, relatan. Seguro que nunca un error gramatical en euskera les pareció tan hermoso...