Andoni Egaña: De la Tierra a la Luna cantando versos

En la biblioteca de Zarautz faltan cuatro libros desde hace 40 años. Alguien los cogió en préstamo para estudiar y conocer el bertsolarismo. Y todavía siguen en su casa. Incluso hace años se lo confesó al entonces alcalde, que le contesto: “Tranquilo, ya están más que amortizados”. De eso no hay duda. Quien los cogió fue Andoni Egaña Makazaga (Zarautz, 1961), el bertsolari que más txapelas ha ganado en el campeonato de bertsolaris de Euskal Herria.

Andoni Egaña fue estudiante de la primera promoción de la Ikastola de Zarautz. Con 14 años tuvo que estudiar el bachiller en castellano: las únicas Ikastolas para hacer bachiller estaban en Donostia, y no era fácil ir todos los días; también había una cuestión económica. Era septiembre de 1975, una época convulsa marcada por el fusilamiento de un vecino de Azken Portu, Juan Paredes Manot, Txiki, ejecutado junto a otras cuatro personas en el cementerio barcelonés de Cerdanyola del Vallés. “Hacíamos huelga todos los días”, recuerda.

Tras terminar bachiller, Andoni Egaña decidió estudiar Filología Vasca. Fue cuando descubrió, –mejor dicho, redescubrió– el bertsolarismo. Xabier Amuriza ganó el campeonato de Euskal Herria. Entonces se dijo: ‘Yo quiero hacer eso’.

“Cuando empecé a intentar hacer bertsos me di cuenta de que tenía más facilidad que el resto para medir las sílabas, para rimar… Luego no tuve tiempo para pararme a pensar. Desde que con 20 años hice mi primera plaza y gané el primer campeonato de jóvenes a la final del campeonato de Euskal Herria solo pasaron tres años y medio”.

Es evidente que le ha ido bien.“Lo suficiente para vivir de esto”. La primera txapela en el campeonato de Euskal Herria la consiguió en 1993. Luego vinieron otras cuatro consecutivas –1997, 2001 y 2005–. “Toda una vida cantado bertsos. No se, pero desde 1993 hasta hoy habrán sido unas 4.000 plazas. Para 1989 ya estaba entre los favoritos para conseguir la txapela en el campeonato de Euskal Herria, y lograrla fue quitarme un peso de encima. Yo no quería dos, tres o cuatro txapelas, pero si quería quitarme ese peso de querer ser campeón. Y eso es hermoso”.

Se quitó un peso cuando ganó la primera txapela, y otro cuando la ganó Maialen Lujanbio en 2009. “Me quité otro peso, pero diferente. Cuando iba por la calle solía escuchar: ‘mira, el bertsolari’. ‘¡Cómo que el bertsolari; uno de ellos!’, solía responder. No me gustaba nada; lo odiaba”.

Egaña sigue cantando bertsos. “Unas 160 actuaciones al año. Este año se ha cumplido 50 años desde la llegada a la Luna. Con motivo de este aniversario leí la distancia que había entre la Tierra y la Luna; más o menos los kilómetros que le he hecho al coche de plaza en plaza por toda Euskal Herria”.