Onintza Enbeita: De Muxika al mundo

Onintza Enbeita Maguregi (Muxika, 1981) no tuvo que coger libros de la biblioteca para estudiar y aprender sus primeros bertsos. Eso lo hacía en casa con su abuelo Balendin, ganador del primer campeonato de bertsolaris de Bizkaia, en 1958. “Aitite me enseñaba bertsos antiguos, y como siempre he tenido buena memoria me los aprendía y los cantaba según la ocasión, como si fuera un trofeo”.

Creció en un entorno muy marcado por el hecho de pertenecer al bando perdedor en la Guerra Civil. “En Gernika no se habla, pero cuando se reconstruyó, tras el bombardeo, las buenas casas se las quedaron unos, y los otros nos quedamos en la periferia. Nosotras crecimos así, sabiendo que estábamos en el bando de los perdedores, de los pobres, de los baserritarras. Pero esto también te lleva a superarte a ti misma.Nací en Muxika, y habrá quien diga aquello de ‘pueblo pequeño, infierno grande’, pero yo he visto el mundo desde Muxika y he salido a conquistarlo desde Muxika”.

Durante cuatro generaciones la de los Enbeita ha sido una de las sagas más importantes del bertsolarismo. Eso marcó también su personalidad. “Para mí el bertsolarismo ha sido un camino de comunicarme con aitite Balendin.

De niña era un juego muy bonito, las rimas… Recuerdo que el verano en que murió aitite -yo tenía siete años- fuimos a fiestas a Bilbo. Cuando finalizó la actuación de bertsolaris en la Plaza Santiago subió al escenario y la gente empezó a aplaudir. Ahí descubrí que aitite hacía algo importante. Luego empecé en la bertso-eskola, sin pensarlo mucho, y en la juventud empezamos a juntarnos con Jon Lopategi varios jóvenes bertsolaris de Bizkaia, con los que descubrí una cuadrilla de amigos y amigas. Creo que hasta los 22-23 años no hice una elección consciente en plan: ‘¿qué quiero hacer con el bertsolarismo?’. Hasta ahí seguí por inercia; con esa edad es cuando decidí seguir adelante de modo consciente”.

Cantó por primera vez en fiestas de un barrio de Muxika, en 1988, pero pasaron años hasta que ella se definiera como bertsolari. “Esto tiene mucho que ver con el género. Todos nuestros referentes eran hombres, y en ese camino no nos veíamos lo suficientemente bertsolaris para cantar. Empecé a darme cuenta de que muchas de las cosas que nos pasaban eran por ser mujer y que había varios techos que romper… Era la sensación de estar en un sitio que no te correspondía. De todo esto me he dado cuenta a posteriori. Mientras sucede, sobrevives”.

En 2018, Onintza Enbeita fue la primera mujer en ganar el campeonato de Bizkaia, al igual que lo hizo aitite Balendin 60 años antes. Sin embargo, lo que más ilusión le hizo no fue ponerse la txapela, sino que le dieran la makila. “La makila significa el poder, y que pasara a manos de una mujer fue una sensación tremenda”.