“Cuando publicamos sobre corrupción, los juzgados somos nosotros”

“Uno de los problemas en los medios generalistas es que nos falta profundizar en un tema concreto porque tenemos que atender otras noticias más recientes. Además, en Euskadi falta competencia entre medios, y en parte por eso, las empresas no apuestan por el periodismo de investigación”.
“De los casos que he llevado, voy a citar el de Alonsotegi, que empezó como un conflicto entre el diputado general de Bizkaia, Iñaki Bilbao, y un conocido contructor vizcaíno. Presentaron un solar que era un vertedero como una “fábrica de casas” que iba a solucionar el problema de la vivienda en la zona. Fue un fiasco monumental, obras paradas, 40 millones de euros que no se declararon…
En Euskadi hay muchísimos casos de pequeña corrupción. Hay quien defiende que la prevaricación no lo es. Demostrar un delito de prevaricación es muy difícil y no tiene pena de cárcel, pero es corrupción desde el momento que se utiliza el poder para beneficiar ilegítimamente a unas personas y perjudicar a otras.”
Prebarikazioa ustelkeria da, zeren botereaz modu bidegabean baliatzen baitira batzuei on eta beste batzuei kalte egiteko.
“Hace varios años, publiqué una historia sobre el alcalde de Ereño (Bizkaia). Él tenía su sueldo de alcalde, pero se jubiló y no podía seguir cobrándolo. Entonces se puso dietas de 1.000 euros por plenos de 30 minutos. Nos denunció, presionaron mucho a nuestra fuente, que era otro vecino del pueblo… “En otra ocasión, publiqué la historia de un ertzaina que montó una empresa de seguridad en Brasil en vísperas del mundial. Al destaparlo, el ertzaina denunció al Gobierno Vasco, supuestamente por haber filtrado la noticia. Tras el juicio me quedó la sensación de que el juzgado era yo por hacer mi trabajo. La jueza estaba enfadada conmigo, como dando a entender que yo no tenía que haber publicado aquello”.