20.000 euros por una vida. Sigma Brakes, de Tudela

Nelia Rodríguez denuncia la falta de una política de prevención y medidas de seguridad en la empresa

20.000 euros es lo que vale la vida de I.M, padre de familia de Citruénigo, de 35 años, que trabajaba en Sigma Brakes, empresa situada en Tudela y dedicada a la construcción de materiales de fricción como pastillas de freno para vehículos.

I.M. falleció el 7 de septiembre del 2016, atrapado por una carretilla elevadora. En febrero de este año, el Gobierno de Navarra sancionó con 20.000 euros a la empresa por este accidente, por una serie de deficiencias y actuaciones incorrectas en materia de prevención de riesgos. Un expediente administrativo que no está cerrado y que podría suponer que la sanción pueda ser menor, incluso.

Nelia Rodríguez es la delegada de prevención de ELA en Sigma Brakes. Una empresa en la que la lucha por la seguridad y la salud laboral está presente desde hace mucho. “Llevamos años denunciando reiteradamente ante  Inspección de Trabajo y medios de comunicación los sucesivos incumplimientos de la empresa en materia de prevención de riesgos laborales así como la falta de voluntad para mejorar nuestras condiciones. Las reivindicaciones en seguridad y salud laboral fueron un elemento central en las 16 jornadas de paros y huelga realizadas entre mayo y julio de 2016”.

Nelia denuncia que un año y medio después del accidente mortal no ha habido ningún cambio en materia de prevención de riesgos. “Sigue habiendo una actitud totalmente irresponsable y reprochable por parte de la dirección debido a su falta de voluntad en dar prioridad a la seguridad y salud de la plantilla”.

El caso de Sigma Brakes es un claro ejemplo de que las muertes en el trabajo y la siniestralidad laboral son consecuencia directa de este modelo que permite la extensión de las condiciones de trabajo precarias. Las empresas, en  general, priorizan su beneficio económico inmediato frente a cualquier otro aspecto, poniendo en riesgo la salud y la vida del conjunto de los trabajadores y trabajadoras.

“Sigma Brakes sigue sin aplicar las medidas higiénicas y de seguridad exigibles por ley para el trabajo con productos cancerígenos como es el formaldehído, producto que usamos para hacer las pastillas de freno, detectado hace  ya dos años. Y no se cumplen pese a la exigencia de aplicación inmediata por parte de la Inspección de Trabajo. Podríamos estar ante un problema de salud de primer orden. El cáncer es una de las enfermedades con mayor  mortalidad, y en Sigma Brakes trabajamos más de 300 personas entre personal propio y de ETTs. El incumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales sigue estando a la orden del día, y no hay indicadores de que vaya a cambiar”.

Empresa financiada y premiada

Una situación que se agrava por el hecho de que esta empresa ha recibido ingentes cantidades de dinero público. “Entre 2002 y 2016 Sigma Brakes ha recibido del Gobierno de Navarra 2.685.000 euros en subvenciones. Si sólo es multada con unos pocos miles de euros, el balance es claramente favorable a la decisión de pagar las multas y no invertir en prevención”, denuncia Nelia. “Es un peligroso mensaje a la clase empresarial”, redunda.

Esta delegada concluye con una noticia increíble -visto lo visto- pero cierta: el presidente del consorcio empresarial propietario de Sigma Brakes, Juan Miguel Sucunza, fue galardonado en 2016 como ‘empresario del año’ de la  patronal navarra.

Sobran las palabras.