Toda la vida peleando

A sus 34 años, Iera mantiene una ilusión juvenil y un brillo en los ojos que contagia entusiasmo por la pelota. “Toda la vida peleando y aquí seguimos, abriendo camino a las chicas que vienen detrás, para que no se sientan solas, como nos pasó a nosotras. Con 13 años tuvimos que dejar la pelota a mano y pasarnos a la pala, porque nos decían que aquella no era una modalidad para mujeres”.
Para abrir ese camino y dotar de una estructura profesional a la pelota femenina, Iera ha fundado con varias compañeras la asociación Ados Pilota, que ya reúne a 25 chicas jóvenes como escuela formativa y a una decena de jugadoras con el objetivo de vivir de este deporte. “Por poco dinero que se mueva con la pelota femenina, que revierta en las jugadoras”, repite.
De momento, el profesionalismo es un objetivo. De hecho, Iera llega a la entrevista con la lengua fuera. Es educadora en Etxarri-Aranatz, vive en Lekunberri y llega a Leitza para explicar su proyecto, sentada en las vetustas gradas del frontón donde dio sus primeros pelotazos.
En los últimos años ha alcanzado el máximo nivel en la pelota a mano, ganando varios torneos (como el Emakume Master Cup, por ejemplo), pero sobre todo destaca por su capacidad para organizar Ados Pilota y relanzar la pelota femenina con una visión colectiva, igualitaria y cooperativa. “Queremos implantar un modelo distinto al circuito masculino, que está en manos de empresas privadas que, al fin y al cabo, solo buscan su propio beneficio económico”.
Ahora bien, en lo competitivo, no baja ni un peldaño. “Dentro de la cancha -dice con una sonrisa-, a muerte”.