Una luchadora

Elkarrizketa Nerea Ispizua
Itziar Ituño Martínez (Basauri, 18 de junio de 1974)

Itziar Ituño se dio a conocer para el gran público euskaldun por su papel de Nekane Beitia, en Goenkale. El éxito de la teleserie le dio el pequeño empujón que necesitaba para dejar su trabajo en Fagor y convertir la actuación en su modo de vida. Desde entonces, su carrera se ha ido consolidando a fuego lento, con papeles en teatro,  televisión y cine, y películas importantes como Loreak o Igelak.

En 2017, Ituño da el salto a la televisión estatal interpretando a la inspectora Raquel Murillo en la serie La casa de papel, de Antena 3. Una experiencia laboral que se vio enturbiada por el intento de boicot que sufrió por su participación en una campaña de apoyo a los derechos de los presos/as vascas.

Itziar es una mujer sensible, que no puede evitar que se le nublen los ojos al rememorar lo sucedido hace casi un año. “Pasé rabia, indignación y miedo, sobre todo cuando un medio de comunicación publicó que estaba viviendo en Lavapiés... Mi madre me compró un spray antivioladores y todo”, relata con una triste sonrisa, queriendo quitarle hierro. “Lo pasé mal, pero tuve el apoyo de muchísima gente anónima y de la profesión, tanto en Euskal Herria como en el Estado”.

La actriz no quiere darle demasiadas vueltas a las consecuencias cara a futuros trabajos en el estado, aunque la inquietud está ahí. “Ha habido, hay y sigue habiendo caza de brujas”, denuncia.

Al hilo de la actualidad y cuestionada sobre la situación de la mujer en el mundo de la interpretación, Ituño cree que la brecha salarial y el techo de cristal son una realidad, al igual que el acoso sexual, “como en todos los ámbitos laborales”, al tiempo que confiesa que más de una vez se ha “peleado” con guionistas o directores/as por frases o actitudes de su personaje que reproducían lo peor del heteropatriarcado en el que vivimos.

El pasado pasado es, e Itziar Ituño se muestra feliz y entusiasmada con el estreno de Errementari, película que le ha permitido reencontrarse con Eneko Sagardoy. “Una experiencia fantástica, en todos los sentidos”, afirma. Y aunque ninguno de los dos ha querido explayarse, nos han dejado la primicia de que tienen entre manos un guión que puede unirles de nuevo en la gran pantalla.

Itziar se despide haciendo un llamamiento al público vasco: “se están haciendo películas de gran calidad en euskera: Amama, Loreak; ahora Handia o Errementari... Animo a la gente a que vaya a verlas y llene las salas porque los primeros que tenemos que dar valor a nuestro cine somos nosotros/as”.