Salones de juego y casas de apuestas: ¿La heroína del siglo XXI?

Pamplona, Azpeitia, Gasteiz, Bilbao... Surge un movimiento popular en contra de la proliferación de salones de juego y casas de apuestas deportivas por el peligro de adicción entre los más jóvenes y los sectores menos favorecidos

A lo largo de 2019, distintas localidades de Euskal Herria -Iruña, Azpeitia, Gasteiz, Bilbao...- han sido testigo de movilizaciones en contra de la proliferación de los salones de juego y casas de apuestas deportivas. Sus detractores entienden que estos negocios aumentan sin control, especialmente en los barrios más humildes, donde las personas precarizadas son las más vulnerables de caer en el juego al sufrir situaciones de necesidad económica. Preocupa también, y mucho, su ubicación cerca de colegios, institutos, bibliotecas y parques, y que no se vigile el acceso de los menores de edad a los mismos.
La patronal del juego privado (Cejuego) se defiende afirmando que “el juego es una actividad legal, regulada y normalizada”, niega que haya un problema de acceso a menores en los salones y considera que “se está creando una alarma social irreal e innecesaria” en este tema. Lo cierto es que, según datos de la Federación de Asociaciones de Máquinas Recreativas, la CAPV es la comunidad con más gasto en apuestas deportivas en salones, seguida de Navarra, y la saturación es tal que apenas hay margen para abrir más locales de este tipo. Hay voces, incluso, que llegan a comparar la adicción creada por los salones de juego y las casas de apuestas a la de la heroína en los años 80.

EITBk, Euskadiko irrati eta telebista publikoak, ez du apustu-etxerik izango bere iragarleen artean. Helburua da, batez ere, zaurgarritasun egoeran dauden pertsonen eskubideak zaintzea, jokoek eta apustuek sor ditzaketen menpekotasun-arrisku larrien aurrean babestea”.


Un problema real
Javier Cuevas, secretario de Aluviz (Asociación de ludópatas de Bizkaia) cree que hay motivos de sobra para estar preocupados.“Si cogemos un mapa de Bilbao vemos que todos los centros escolares tienen en un radio de 100 metros algún salón de juegos o casa de apuestas. Lugares en los que los chavales entran sin ningún tipo de control, consumen algo a precios muy razonables, están viendo deportes a todas horas en grandes pantallas, son bombardeados por publicidad muy agresiva incitándoles a jugar e, incluso, reciben bonos gratuitos para hacerlo. Como tengan la mala suerte de ganar una vez, empieza el problema... porque van a seguir jugando. Y una parte de ellos no va a poder controlarlo y acabará en adicción”.
La ubicación de los locales no es casual. Su situación suele ser estratégica: cerca de colegios, si el objetivo son los adolescentes; y barrios marginales, si es la juventud más precarizada e, incluso, excluida. “Encontramos salones de juego y casas de apuestas en Otxarkoaga, en Rekalde... En Deusto hay, pero van más hacia San Ignacio, más obrero. Sin duda, sí buscan un determinado perfil de persona y de jugador”.
A la ludopatía no se llega en un día. Es el resultado de un proceso, cuya velocidad se ha disparado ante las nuevas tecnologías aplicadas al juego. “Antes el proceso duraba entre 3 y 5 años. Ahora, con las apuestas deportivas y los juegos on line, a los que se tiene acceso las 24 horas los 365 días del año, en un año ya hay verdaderos ludópatas”. La sobreexposición es otro problema. “El juego está por todas partes. En la CAPV estamos en los máximos permitidos. Hay 7.000 terminales de apuestas deportivas y hemos llegado al tope de locales de juego en las ciudades”.
Esta nueva realidad ha contribuido, sin duda, a un cambio importante del perfil del ludópata. “Antes la edad media de las personas que se acercaban a nuestros locales oscilaba entre los 30 y 40 años. Ahora, ha bajado de los 20 a los 30. En el caso de los más jóvenes, eso supone que han llegado al juego siendo menores de edad”. Baja la edad media y aumenta el número. “En una década prácticamente se ha duplicado el número de personas que se han acercado a nuestra asociación buscando ayuda. Y los más jóvenes son adictos a las apuestas deportivas, mayoritariamente”.
Por la asociación pasan casos dramáticos. “Se rompen familias, se acumulan deudas tremendas, que han llevado a gente a perder sus casas... Recientemente, una madre llegaba desolada porque su hijo había aprovechado su ausencia durante un par de semanas para vender media casa...“. Sin embargo, añade este ex-jugador, “todos ven las consecuencias del juego a nivel económico, pero no se ve el daño sicológico que sufre la persona con ludopatía, a la que no le importa nada ni nadie, ni siquiera le importa ganar o perder, sólo tiene una necesidad imperiosa de seguir jugando...”.
Se calcula que un 4% de la población puede estar afectada por el juego patológico.

Kirol munduak ere lagundu du kirol apustuak zuritzen. Futbol karruseletan, kirol prentsan eta baita jokalariek eurek ere jokatzea gomendatzen dute. Gainera apustu-etxeak Euskal Herriko taldeen babesleak dira, Realekoa ezik.

Publicidad agresiva
Una de las estrategias utilizadas por estos negocios para atraer a potenciales jugadores es la publicidad. A todas horas, incluso en horarios de máxima audiencia, y con famosos, tanto del deporte como del cine o la televisión. En opinión de Javier Cuevas, la decisión de EITB de prohibir publicidad de apuestas deportivas a partir del 1 de enero de 2020 es una muy buena noticia, que debería crear precedentes. “Lo mismo que está prohibida la publicidad del alcohol y el tabaco debería prohibirse la publicidad de las apuestas”.
Cuevas explica cómo ha habido una evolución en el tipo de reclamo utilizado. “Los operadores han cambiado la estrategia. Ahora apuestan más por los bonos-regalo. La primera ronda, a cuenta de la casa. Como la primera papelina...”
La alternativa no es la ilegalización
A pesar de que hay voces que apuestan por la ilegalización de este tipo de negocios por su efecto adictivo, “como las drogas”, Cuevas entiende que prohibir no es la solución. “Reivindicamos medidas de autoprotección a los que tenemos un problema de ludopatía, y control para proteger a los más jóvenes”, explica. “Una medida sencilla y muy efectiva para evitar el juego entre los menores sería poner validadoras que controlaran la edad de los jugadores y llevar las apuestas al fondo de los locales; esconderlas, de alguna manera, para evitar el efecto llamada”.
Javier, sin embargo, no es demasiado optimista a corto plazo. “El juego mueve muchísimo dinero: millones de euros. Para unos es un negocio redondo. Y para la Administración, que es quien tiene que velar por el bienestar de la sociedad, también”, advierte.
Por eso, considera muy positiva la movilización social que ha surgido contra los salones de juego y las casas de apuestas. “El problema va a más. Es muy importante que la sociedad tome conciencia y exija y presione a las Administraciones para que ponga límites a esta situación”, reivindica.

Eragin-etik azaldu dutenez, “lan prekarioetan dabiltzan gazte askok, euren lan-egoerari modu antolatu eta kolektiboan aurre egin beharrean, apustuen bidez dirua irabazteko eta etorkizunean bizi izateko aukera egiten dute”


Eragin: lectura de clase
En línea con este pensamiento, hace unos meses, la organización juvenil Eragin, tras realizar un diagnóstico de la situación, llevó al pleno del Ayuntamiento de Bilbao una moción para prohibir los locales de apuestas cerca de colegios e institutos y la publicidad en espacios públicos. “En base a nuestra experiencia personal, nos dimos cuenta de que en los últimos años se habían disparado el número de salones de juego y casas de apuestas y cómo muchos de nuestros compañeros de instituto aprovechaban los recreos para ir a jugar a la ruleta o echar unas apuestas. Todos nosotros conocemos casos de chavales que se han ido enganchando, con las consecuencias económicas y personales que eso tiene. Y es que precisamente los jóvenes somos el objetivo claro de este tipo de negocios”, denuncian Mikel Ruiz y Andrés Peña.
Las respuesta del consistorio, aunque no por esperada fue menos frustrante. “Se lavaron las manos. De boca sí que dicen que es un problema pero, al final, quien gobierna está al servicio del poder y acaban haciendo lo que al negocio le conviene”, critican. “Esgrimen -continúan- que la normativa ha llegado tarde y que no tiene efecto retroactivo, pero eso no es justificación para que no busquen maneras para atajar una situación cuyas consecuencias terribles las estamos empezando a ver ya. Es curioso que no tengan problemas para cerrar Gaztetxes pero sí casas de apuestas...”.
Los miembros de Eragin inciden en la idea de los intereses económicos que hay detrás de ese dejar hacer a las casas de apuestas y salones de juego por parte de las Administraciones. “Reta y Kirolbet son dos empresas vascas bien situadas políticamente. Sin ir más lejos, el año pasado la Diputación de Gipuzkoa premió a Kirolbet “por su apoyo, ayuda y promoción al deporte vasco”. Es decir, las instituciones no solo no combaten estos negocios sino que los premian”.
Sanciones ridículas
Varias de las propuestas planteadas por Eragin buscan proteger a los menores de edad. En ese sentido -al igual que Aluviz- exigen controles exhaustivos para que no puedan acceder a este tipo de locales, ya que la cifra de 12 sanciones impuestas por el Gobierno Vasco el año pasado les parece ridícula. “¿Cuántos controles se han realizado? -se preguntan. Todos sabemos que los menores acuden de manera habitual a salones de juego”.
A la hora de analizar en profundidad el auge de los salones de juego y las casas de apuestas entre la juventud, Eragin hace una lectura de clase del citado fenómeno. “No podemos obviar el hecho de que la juventud, hoy por hoy, está condenada a una situación de precariedad generalizada. Y ve las apuestas como una manera de conseguir un dinero extra fácilmente. Un dinero que acaban perdiendo. Es decir, el sistema precariza cada vez más a la clase trabajadora y, además, le quita lo poco que tiene en las apuestas”.
Estos jóvenes también destacan el componente desmovilizador e individualista de este tipo de negocios. “Muchos jóvenes con trabajos precarios en vez de pensar en plantar cara de una manera organizada y colectiva a su situación laboral opta por las apuestas, por ganar dinero y vivir en un tiempo futuro, que es irreal”, explican.
Las estrategias de los locales para captar clientela y engancharla son también motivo de denuncia para Eragin. “Además de la publicidad, que es super agresiva, los salones de juego enganchan a los jóvenes a base de bajos precios en bocatas y bebidas lo que, por otra parte, es competencia desleal hacia otros negocios hosteleros... El objetivo es que estén allí, viendo un partido, consumiendo y luego jueguen... Y a la gente que juega mucho -a los clientes habituales- les invitan a las consumiciones para que se queden más rato y sigan jugando, que es lo que ellos persiguen”, relatan.
Los equipos deportivos vascos, sobre todo los de élite, tampoco se libran de sus críticas. “Casi todos los equipos vascos de futbol y basket tienen patrocinio de las casas de apuestas. Es una manera de legitimar y normalizar una actividad con terribles consecuencias para la juventud”, denuncian.
Finalmente, estos jóvenes incorporan, también, un elemento novedoso a la hora de abordar el problema: la lectura de género. “La inmensa mayoría de los jugadores son hombres, pero muchas de las trabajadoras de los salones son mujeres. Una vez más, se produce una utilización de la mujer como reclamo sexual, y tenemos constancia de que tienen que aguantar muchas situaciones indeseadas, en algunos casos rozando el acoso sexual, además de la precariedad laboral”.
Mikel Ruiz y Andrés Peña concluyen asegurando que la campaña y movilizaciones contra los salones de juego y casas de apuestas de Eragin no ha hecho más que empezar.