¿Transfobia o Trans Odio?

Iritzia Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans
Coloquialmente hablamos de transfobia para referirnos al odio o a cualquier forma de discriminación y menoscabo de derechos que sufren las personas trans, por el hecho de ser personas que no se reconocen en el sexo y género asignado en el nacimiento, por tanto, no se ajustan a las normas sexo genéricas que impone la sociedad en base a valores sexistas y cisexistas.

Las raíces de la transfobia están en el sexismo y cisexismo. Esta aptitud está vinculada a la creencia de que masculino y femenino son categorías rígidas que se excluyen mutuamente y que cada una posee atributos, aptitudes, habilidades y deseos únicos que nunca se solapan. Existe una línea binaria e inquisidora que sutilmente se perpetúa a través de la educación, donde masculino, hombre y pene o feminidad, mujer-vagina, son líneas que explican de manera inexorable qué es un hombre o qué es una mujer. Negando la posibilidad de múltiples combinaciones que en la vida real se dan de una manera natural respondiendo a un orden diverso que impone la naturaleza.

La imposición de este régimen binario y excluyente tiene sus causas en la división sexista de la sociedad, donde se imponen valores de supremacía a los hombres y de sumisión a las mujeres, pero también, tienen una influencia determinante el cisexismo, que es la ideología que sustenta la transfobia y consiste en creer desde los prejuicios y el privilegio que las personas cis (no trans), son más legítimas y auténticas.

La transfobia es una extensión de la homofobia y la misoginia.  Las personas trans, como los gais y las lesbianas, son odiadas y temidas por desafiar y socavar los roles de género, la expresión de género y el binarismo de género. Asimismo, la persona trans hombre o mujer incita a la transfobia a través de su desafío implícito a la división binaria de género de la que depende la hegemonía política y cultural masculina.

También en muchas ocasiones se habla de miedo a lo desconocido, que se transforma en discriminación y violencia. En algunos casos, la transfobia puede conllevar agresiones verbales y físicas hacia las personas trans. Yo difiero de atribuir al miedo las discriminaciones, agresiones o vulneración de derechos, por ello abogo por sustituir la palabra transfobia por trans odio.

Cuando nos agreden, asesinan, se nos insulta o criminaliza, no lo hacen porque nos tengan miedo, lo hacen porque nos odian. Por tanto, es mucho más correcto el uso de trans odio para referirnos a las situaciones de vulneración de derechos, vejaciones y/o agresiones. Es necesario llamar a las discriminaciones por su nombre, para poder combatirlas. 

Gay panic es la estrategia legal de EEUU, que excusa los asesinatos de las personas LGTBIQ, ya que la misma fundamenta un miedo irracional que convierte la acción criminal en un atenuante y no en un agravante.

Tradicionalmente, la defensa del gay panic y trans panic se ha utilizado para mitigar un caso de asesinato a homicidio u homicidio justificado.

Defensa de locura o capacidad disminuida: el acusado alega que una proposición sexual de la víctima, debido a su orientación sexual o identidad de género, desencadenó una crisis nerviosa en el acusado, causando un pánico homosexual o trans. Esta defensa se basa en un término psicológico obsoleto, trastorno de gay panic, que fue desacreditado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría y retirado del DSM en 1973. Lamentablemente, a pesar de que el campo médico ha evolucionado con nuestra sociedad cada vez más justa, el campo legal aún tiene que ponerse al día.

En la búsqueda de términos más correctos que nos ayuden a combatir la transfobia y también la lgtbifobia, hemos de hacer un esfuerzo por actualizar nombrar el odio, las discriminaciones, vejaciones, agresiones y asesinatos, de manera hablada y escrita, por el uso de trans odio o lgtbiodio, para dejar claro que las raíces son el odio al que la sociedad y el Estado debe combatir con todas sus herramientas, educacionales, sanciones y punitivas.