política fiscal
El Gobierno de Navarra y EH Bildu pactan una reforma fiscal del agrado de UPN

El Parlamento de Navarra va a aprobar en el pleno del Parlamento que se va a realizar mañana 21 de diciembre una reforma fiscal con el voto favorable de los tres partidos que componen el Gobierno de Navarra (PSN, Geroa Bai y Contigo Zurekin), y la abstención de EH Bildu.
La reforma fiscal supone la aprobación de medidas totalmente insuficientes, que no sirven para corregir el actual modelo fiscal injusto que hay en Navarra. La presión fiscal de Navarra está 1.900 millones de euros por debajo de la media europea, la carga impositiva recae sobre las rentas del trabajo (que pagan 4 veces más impuestos que las empresas), mientras las empresas pagan en Navarra el Impuesto sobre Sociedades más bajo de todo el Estado y el Impuesto sobre el Patrimonio es irrisorio y existe un enorme fraude en las rentas no salariales.
Se trata de una reforma cuyo contenido resulta del agrado de UPN, hasta el punto de que Javier Esparza aseguró estar “muy contento” con el contenido del acuerdo, e incluso UPN estaba dispuesto a favorecer la aprobación de la reforma hasta que se conoció la moción de censura en el Ayuntamiento de Pamplona.
Por otro lado, EH Bildu ha justificado su abstención asegurando que a pesar de que “sus enmiendas no incluyen medidas estructurales, han conseguido que UPN no condicione la política fiscal en Navarra”, una argumentación que cae por su propio peso cuando UPN ha valorado positivamente el contenido de la reforma. La política fiscal en Navarra sigue estando condicionada por UPN ya que desde 2015 (último año del gobierno de Barcina) ningún gobierno ha querido impulsar un cambio hacia un modelo de fiscalidad más justo y equitativo.
En opinión de ELA, el mayor beneficiado de esta insuficiente reforma fiscal vuelven a a ser las empresas y las rentas altas y de capital puesto que van a mantener intactos todos sus privilegios.
ELA lamenta que ningún grupo parlamentario de izquierdas o progresista plantee el debate sobre otra política fiscal, y proponga alternativas más justas para la clase trabajadora en una materia clave para definir el modelo de sociedad como es la fiscalidad. Si no se cuestiona y no se plantean alternativas a una política fiscal diseñada para proteger los intereses de las empresas y las rentas más altas, se está perdiendo cualquier referencia a una posible política alternativa.