A la hora de la verdad... ELA

Joseba Villarreal, responsable de elecciones sindicales, resalta la importancia del proceso electoral que se inicia este otoño y pide el voto para ELA, “ya que todos los sindicatos no son iguales”. “El voto de hoy puede marcar las condiciones laborales de mañana”, asegura.

En septiembre se ha dado el pistoletazo de salida a un nuevo periodo concentrado de elecciones sindicales. Casi un millón de personas asalariadas de la CAPV y Navarra están llamadas a las urnas para elegir a sus representantes sindicales, a aquellos compañeros y compañeras que defenderán los derechos laborales en su empresa. A pesar de su escaso eco mediático, el resultado de las elecciones sindicales es de una importancia enorme para el futuro de una empresa o sector; para el país, incluso. Al fin  y al cabo, las relaciones laborales serán distintas en función del modelo sindical mayoritario. No es lo mismo que el sindicato mayoritario apueste por un modelo sindical de contrapoder, como en el caso de ELA, que de acompañamiento.
Porque es mucho lo que está en juego, Joseba Villarreal, responsable de elecciones sindicales, pide el voto para ELA. “Todos los sindicatos no son iguales; y voy más allá: el voto de hoy puede marcar las condiciones laborales de mañana”, asegura.


-¿Qué son las elecciones sindicales?
Joseba Villarreal: Las elecciones sindicales son el instrumento de participación democrática de las y los trabajadores/as en el mundo laboral. Y son de una enorme trascendencia porque  lo que uno elija hoy puede condicionar las condiciones laborales del mañana. Está en juego, por tanto, el futuro.
Son importantes, para el propio sindicato también, porque el resultado electoral, es decir, la representatividad que nos otorga la clase trabajadora con su voto, es la que nos da la legitimidad democrática que algunos nos niegan. Es la legitimidad que nos permite no solo plantear nuestras reivindicaciones en el marco de las empresas sino a nivel social, laboral y político.
En este sentido, es curioso que no se cuestione la legitimidad de la patronal cuando reivindica a los gobiernos medidas en su favor o determinadas políticas, cuando nadie sabe a quién representan y, en cambio, a nosotros, a ELA, que recibimos el apoyo de cientos de miles de trabajadores y trabajadoras en las elecciones sindicales, se nos cuestiona continuamente nuestra actividad sindical y nuestra legitimidad para criticar las políticas neoliberales de nuestras administraciones.
-¿Qué papel juegan  los y las delegadas sindicales de una empresa ?
Para empezar, son la única representación legal de la plantilla, las únicas personas que pueden alcanzar acuerdos de obligado cumplimiento con la empresa o la Administración, y solo ellos tienen competencia legal para actuar en caso de modificación de las condiciones laborales de la plantilla. Es decir, cada trabajador/a está en manos de sus representantes, así que le conviene mucho tenerlos y, sobre todo, elegirlos bien.
Ser delegada o delegado sindical es ejercer una responsabilidad que, en nuestra opinión, exige el respaldo de un sindicato serio y fuerte: asesoramiento laboral, respaldo jurídico, acceso a información y formación, coordinación con otras delegadas del sector…

“Ez da zalantzan jartzen patronalaren zilegitasuna, inork ez baitaki nor ordezkatzen duen; ELAk, berriz, hauteskundeetan ehunka mila langileren babesa jasotzen du. Halere, etengabe jartzen da zalantzan bere jarduera sindikala eta bere legitimitatea”.


 -Es evidente que a la hora de tomar la decisión de a quién votar hay que valorar a las personas concretas que se presentan como candidatas, pero también al sindicato que hay detrás de esas personas...
Así es. En un centro de trabajo se vota a personas, a compañeros y compañeras, con nombres y apellidos, pero yo creo que no se puede desligar esa decisión de la organización, del sindicato que hay detrás de esa persona; hay que buscar un equilibrio entre ambos.
En definitiva, la importancia de contar con representantes sindicales queda probada a la vista del empeño que las patronales y las grandes cooperativas ponen para evitar su implantación y funcionamiento en las empresas.
Frente a ello, la primera tarea es votar. La segunda, votar a ELA.
-¿Qué perfil tienen los delegados y delegadas sindicales de ELA?
Para ELA es muy importante el perfil de las personas que presenta como candidatos a delegados y delegadas, para que no se den incoherencias. En nuestras listas intentamos que haya gente comprometida y coherente, y tenemos en cuenta también la diversidad de género, orientación sexual, origen… Intentamos conformar listas de gente comprometida, con conciencia de clase y de país, que sean reflejo de la sociedad diversa en la que vivimos. Buscamos, en definitiva, gente dispuesta a dar la cara.
Porque el binomio conflicto-condiciones de vida cada vez está más claro. Con conflicto, en muchísimas ocasiones somos capaces de conseguir mejoras en las condiciones laborables y de vida. Sin conflicto, no hay mejoras.
-Son tiempos convulsos, cargados de incertidumbres. En esta coyuntura, ¿estas elecciones adquieren una trascendencia especial?
Claro. Estamos viviendo el impacto de la no reforma laboral, una negociación colectiva que no se quiere vincular al IPC con unas tasas de inflación altísimas, una guerra cuyas consecuencias -además del drama humano que supone- afectan directamente al bolsillo de la clase trabajadora, la subida de los tipos de interés parece ser la antesala de una nueva recesión… Son momentos complejos, y en este contexto el modelo sindical mayoritario cada vez va a ser más determinante.
También es determinante el modelo sindical para dar la vuelta a las situaciones de precariedad que vive gran parte de la clase trabajadora. En la coyuntura actual, ser capaz de pelear y mantener la pelea en el tiempo va a ser cada vez más decisivo, y eso solo lo está haciendo y lo puede seguir haciendo ELA.     

“ELAk konpromisoa duten pertsonen zerrendak osatu nahi ditu, klase eta herrialde kontzientzia dutenak, bizi garen gizarte anitzaren isla izango direnak. Azken finean, aurpegia emateko prest dagoen jendearen bila gabiltza.”


-Decías antes que existe un empeño de  las patronales y las grandes cooperativas para evitar la implantación en sus empresas  de sindicatos, en general, y de ELA, en particular.
Sin duda. Hacer elecciones sindicales en condiciones de libertad es cada vez más difícil. Se está produciendo un grave retroceso democrático. Las empresas cada vez ponen más obstáculos e intentan condicionar el resultado electoral. Un sindicalismo de contrapoder como el que propugna ELA les molesta; patronal y Administración están más a gusto con sindicatos “responsables” que les firman convenios baratos y rubrican sus políticas de recortes en las mal llamadas mesas de diálogo social. El último ejemplo lo tenemos en el convenio de eficacia limitada firmado por UGT en las Residencias de Gipuzkoa.
-No podemos obviar el hecho de que existe una cierta mala imagen de los y las  delegados/as sindicales.
Yo creo que son campañas orquestadas precisamente por aquellos a quienes no les interesa que el sindicato esté presente y sea fuerte en su empresa. De hecho, en una encuesta elaborada hace un tiempo por la empresa Siadecco  las personas encuestadas aseguraban que lo mejor de ELA eran sus delegados/as sindicales.
Tampoco se puede obviar el hecho de que en todos los colectivos hay personas que se aprovechan de las situaciones en beneficio propio ni que hay empresas en las que los representantes sindicales están muy presionados y no pueden hacer todo lo que les gustaría. En ambos casos el sindicato intenta estar vigilante siempre.
De todas maneras, el delegados o la delegada sindical no es un superman o una superwoman. Necesita el apoyo, primero, de sus compañeros y compañeras, y luego, como decíamos antes, del sindicato que tiene detrás, de ELA, en nuestro caso.
Reconociendo todo, presentarse y resultar elegido en las listas de ELA tiene mucho mérito. Lo ha tenido en el pasado, lo tiene en el presente y lo va a tener en el futuro.

“Hedabideetan oihartzun txikia izan arren, hauteskunde sindikalen emaitzak garrantzia handia du enpresa edo sektore baten etorkizunean, baita herrialdearentzat ere”.


-¿Qué objetivos se marca ELA en estas elecciones sindicales?
Nuestro objetivo es ser capaces de sindicalizar todos los centros de trabajo de Hego Euskal Herria y romper con la individualización de las relaciones laborables que hay todavía en muchísimas empresas: centros de trabajo de menos de 6 trabajadores/as, mundo cooperativo…. Sólo en la CAPV, hay más de 100.000 empresas de éstas, y aproximadamente el 34% de las personas asalariadas en Euskal Herria carecen de representación sindical.
A un nivel más concreto, aspiramos a consolidar nuestra representatividad del 40’64% en la CAPV y del 23% en Navarra. Pero más allá de los números, buscamos afianzar nuestro modelo de sindicato de contrapoder y reforzar e impulsar el conflicto y la huelga como instrumento de mejora de las condiciones de vida. Y que la gente ratifique nuestra opción sindical, en definitiva.
-¿Por qué hay que votar a ELA?
A la hora de la verdad, cuando más lo necesitas, lo que vale es lo que te da ELA: servicios, organización, instrumentos para la lucha como la Caja de Resistencia, y servicios jurídicos. Todo eso sin olvidar, además, que ELA es una organización totalmente  independiente, económica y políticamente.
Por otra parte, si las condiciones de vida y trabajo en la CAPV son mejores que en otros sitios no es porque aquí la patronal sea más generosa. Eso es así porque ELA es el sindicato mayoritario.  No en vano las condiciones laborales y, por ende, las pensiones tienen relación directa con la capacidad de movilización.

“Hego Euskal Herriko bizi eta lan baldintzak beste lekuetan baino hobeak badira, ez da hemen patronala eskuzabalagoa delako. Hori horrela da ELA delako sindikatu nagusia: lan-baldintzek eta, ondorioz, pentsioek zerikusi zuzena dute mobilizatzeko gaitasunarekin”.


-Finalmente, ¿por qué se acepta con normalidad que no se respeten las mayorías democráticas en el mundo sindical cuando eso sería impensable a nivel político?
Cuando llega la democracia y se elaboran las leyes laborales, a los sindicatos se nos otorga un papel de organizaciones de segunda categoría; es por la vía de los hechos como nos tenemos que hacer respetar.
Los ataques a la democracia sindical son continuos y, en muchos casos, propiciados, incluso, por las propias administraciones que deberían velar por la calidad del sistema democrático: la firma de convenios en minoría o la creación de mesas de diálogo social como la vasca en la que no está la mayoría sindical son decisiones que sería impensable trasladar al ámbito de la política.  
No se nos respeta. Por eso, tenemos que hacernos respetar día a día en los centros de trabajo y en la calle. Y en eso estamos. 

 

HAUTESKUNDE KLANDESTINOAK?

Zergatik dute hauteskunde sindikalek hauteskunde politikoek baino oihartzun mediatiko txikiagoa? Sektore publiko handietan Irakaskuntzan edo Osakidetzan, edo Mercedes edo Volkswagen bezalako enpresa handietan izan ezik, egia esan, ia ez da horiei buruz hitz egiten.
Hauteskunde sindikalak ez dira behar adina mediatikoak, besteak beste, denboran sakabanatuta daudelako. Hauteskunde politikoetan ez bezala, ez dago D egunik, ezta mundu osorako eta lurralde guztietarako epe bateratuak dituen kanpainarik ere, eta legegintzaldiek, horrela deitzearren, denbora desberdina dute enpresa bakoitzean.
Gainera, sindikatuetako idazkari nagusiek, hau da, sindikatuen aurpegirik ezagunenek, ez dute euren burua hauteskunde sindikaletara aurkezten, ez dira hauteskunde-karteletan agertzen, eta ez dute botoa eskatzeko elkarrizketarik egiten, euren homologo politikoek egiten duten bezala. Benetako hautagaiak langile anonimoak dira, eta ez dute inolako aholkulari mediatikorik, ezta hauteskunde politikoetako hautagaiek duten baliabiderik ere (denbora, dirua…). Hauteskunde sindikalak distantzia laburrean jokatzen dira, lantoki eremuan eta jende aurrean ia aritu gabe.
Eta, azkenik, baina ez horregatik garrantzia txikikoa, hauteskunde sindikalak ikusezin bihurtzeko ahalegina ez da kasualitatea. Sistemari interesatzen zaio lan-mundua eta sindikalismoa bigarren mailakoak izatea, garrantzi txikiagoa dutena sinestaraztea, eta neurri handi batean lortu du, errealitatea guztiz kontrakoa bada ere. Ez da sindikatuen zilegitasun demokratikoaren berri eman nahi, horrela errazagoa baita gizarte-eragile gisa duten zeregina zalantzan jartzea.
Hauteskunde sindikalen garrantzia aldarrikatu behar da, mediatikoki ‘underground’ izan arren.
Datuak argiak dira: milioi bat pertsona inguruk eman dezakete botoa Hego Euskal Herriko lau lurraldeetan egiten diren hauteskunde sindikaletan, biztanleria aktiboaren % 85 inguruk. Eta milioi bat boto horiek harrapatzeko garaia orain hasiko da.