MORIR EN EL TAJO: ¿Por qué aumentan los accidentes laborales?

Los datos oficiales de siniestralidad en 2019 reflejan un aumento de los accidentes y enfermedades profesionales del 2,3% en la CAPV y de casi el 20% en Nafarroa. Y el inicio de año no está siendo mejor: a fecha 5 de febrero llevamos ya 11 muertos en accidente laboral. El alto nivel de subcontratación, la creciente eventualidad y la precariedad son los principales factores que explican esta situación. Si a eso le sumamos la falta de contundencia por parte de la Inspección de Trabajo a la hora de requerir y sancionar a las empresas y la falta de control y seguimiento del cumplimiento de las medidas básicas de prevención y seguridad por parte de Osalan y del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, el cóctel mortal está servido.

Las frías estadísticas
Según datos de Osalan, de enero a noviembre de 2019 se han contabilizado 78.183 accidentes de trabajo en la CAPV, un 2,3% más que el año pasado. De los accidentes con baja, 28 han sido mortales, 187 han sido calificados como graves y 33.967, leves. Por territorios, en Araba se han registrado 6.382 accidentes de trabajo; en Bizkaia, 17.442, y en Gipuzkoa, 10.358. En Araba y Gipuzkoa los datos globales suben respecto al año anterior salvo en el caso de los accidentes mortales, que repiten cifras en ambos territorios -5 en Araba y 8 en Gipuzkoa- mientras que en Bizkaia los accidentes de trabajo descienden, sobre todo en el apartado de accidentes mortales: 8 menos.
En lo que respecta a Navarra, hasta septiembre (mes de publicación de los datos oficiales) se han contabilizado 19.657 accidentes de trabajo, de los cuales 9.179 son con baja. Los accidentes mortales han ascendido a 13, los graves a 81 y los leves han sido 19.563. Respecto al mismo periodo del año anterior, se ha producido un incremento de la siniestralidad en todas sus variantes: ha habido tres muertes más, los accidentes graves han aumentado un 44% y los leves, un 18,4%.
Por sectores de actividad, el industrial es el que más accidentes laborales mortales ha sufrido, con el 41% del total, seguido del sector servicios, con un 28%. Asimismo, ha fallecido un agricultor, 3 trabajadores de la construcción y dos transportistas. Por otra parte, el 28% han sido accidentes mortales no traumáticos; el 10%, por caídas en altura; el 28%, in-itínere; y el 20% restante fueron accidentes mortales por atrapamiento o golpe. El 28% de las personas accidentadas eran subcontratadas.
Lectura de los datos
Según Leire Heredia, del departamento de Seguridad y Salud laboral de ELA, la tendencia al alza del número de accidentes, independientemente de su resultado final, demuestra que la situación de la salud laboral y la prevención no mejora en los centros de trabajo. ¿Cuáles son las razones? Heredia apunta, en primer lugar, a la precariedad laboral. “La precariedad está instaurada en las empresas en forma de subcontratación, altos ritmos de trabajo, falta de inversión en recursos técnicos y humanos o falta de información y formación, y es la razón principal que explica los accidentes y las enfermedades profesionales”, afirma.

 

Prekaritatea enpresetan sartzeko bideak hauek izan dira: azpikontratazioa, laneko erritmo biziak, inbertsio urriak giza baliabideetan eta baliabide teknikoetan, informazio eta prestakuntzaren eskasia. Eta horiek dira lan-istripuen eta lanbide-gaixotasunen arrazoi nagusiak


Heredia denuncia, asimismo, que siguen sin registrarse en las estadísticas oficiales muchos de los accidentes laborales y enfermedades profesionales que ocurren, tanto en la CAPV como en Navarra. En el caso de los accidentes mortales, según datos de ELA no se declaran el 39%, es decir, 18 accidentes laborales mortales ocurridos en 2019 no han sido contabilizados como tales.
Esta responsable sindical también incide en el hecho de que los accidentes laborales se califican según la gravedad de la lesión pese a no existir definición legal ni técnica sobre la misma. “La tendencia en los últimos 5 años es de un aumento constante y considerable de los accidentes leves. Creemos que se debe a que los riesgos se minimizan. De esta forma, las empresas evitan que Inspección de Trabajo investigue lo sucedido y se implanten las pertinentes medidas preventivas para evitar que el accidente se repita”, asegura.
Enfermedades profesionales invisibles
Y si los datos de accidentes se maquillan a la baja, las enfermedades profesionales directamente se invisibilizan. “Existe una infradeclaración escandalosa de las enfermedades profesionales. Muchas no se declaran, o las Mutuas niegan el origen laboral de las patologías y las derivan al sistema público de salud como enfermedades comunes”. A pesar de ello, los partes de enfermedades profesionales en los últimos años no dejan de aumentar, especialmente entre las mujeres.
Leire Heredia destaca la importancia de poner en el centro del debate el tema de las enfermedades profesionales. “Según la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el trabajo, por cada fallecido en accidente laboral se producen 35 fallecidos por enfermedad profesional. Sin embargo, las estadísticas oficiales de enfermedades profesionales no recogen ningún fallecimiento, a pesar de que tan solo contabilizando las muertes producidas por amianto en los últimos 10 años en la CAPV han fallecido 276 personas, 31 en 2019 y en lo que llevamos de 2020 ya son 3 más”, denuncia.
Ejemplo claro de esa invisibilización de las enfermedades profesionales es la gestión de los riesgos psicosociales en las empresas. “Mediante protocolos internos, las empresas ejercen de juez y verdugo y ocultan problemas de índole psicosocial que afectan muy negativamente a la salud de las personas trabajadoras”, critica.

Lanbide-gaixotasunak ez dira behar beste aitortzen. Haietako asko ez dira jakinarazten edo, bestela, mutualitateek laneko jatorria ukatzen diete patologiei, eta osasunaren sistema publikora bideratzen dituzte gaixotasun arruntak balira bezala.


Situación inaceptable
Por encima de las frías estadísticas que deshumanizan el problema, Leire Heredia destaca el drama social y laboral que se esconde detrás de estos “intolerables” datos de siniestralidad y señala la responsabilidad de los gobiernos de Gasteiz y Navarra, que siguen sin tomarse en serio la vida de la clase trabajadora.
Heredia denuncia que tanto el gobierno vasco como el navarro tan solo destinan el 0,1% de sus presupuestos al capítulo de prevención (Osalan e ISPLN), cantidad irrisoria y totalmente insuficiente. “Faltan recursos técnicos y humanos en la administración para controlar y hacer seguimiento del cumplimiento de la normativa en prevención. En este sentido, reivindicamos, como primera medida, el aumento del número de técnicos e inspectores”.
Sin embargo, a pesar de que el diagnóstico es claro y las medidas que deberían adoptarse para poner freno a esta dramática lacra social, también, la vida de los trabajadores y trabajadoras sigue sin ser una prioridad. ¿Por qué? “A la patronal no le interesa. Está cómoda con el actual sistema e, incluso, se atreve a declarar que la prevención les supone mucho esfuerzo económico y burocrático y les hace menos competitivos”, concluye.