Grecia abre el camino, luego vendrán otros países
El plan de “rescate” consiste en que los gobiernos de la UE y el FMI presten, que no regalen, 110.000 millones de euros a Grecia en 3 años, para que ésta pague sus deudas. Esto es, ni un solo euro será empleado para ayudar a la gente, sino que irá directamente a los bancos (no por casualidad muchos de ellos extranjeros) con los que Grecia tiene contraída su deuda.
El préstamo se otorga con un tipo de interés de entorno al 5%, lo que ha sido aprovechado por algunos gobernantes (como Zapatero) para decir que quienes prestan van ha hacer un gran negocio, ganando mucho dinero. Todo un ejemplo de solidaridad en el seno de la Unión Europea.
Estos créditos se conceden con la condición de que Grecia aborde un severísimo plan de austeridad cuyo cumplimiento será celosamente controlado por sus “salvadores”, FMI y UE. Las medidas exigidas son tremendas:
- Recortar el gasto público en 30.000 millones de euros en los próximos tres años.
- Rebajas de salarios tanto en el sector público como privado, reducción del número de funcionarios, reforma laboral para facilitar y abaratar el despido.
- Recorte de las pensiones ya existentes y reforma del sistema de pensiones retrasando la edad legal de la jubilación a 67 años, ampliando el número de años de cotización necesarios para acceder a la pensión...
- Subida de los impuestos indirectos (el IVA, los impuestos sobre el combustible y el tabaco).
Todas estas medidas son de recorte y afectan, fundamentalmente, a la clase trabajadora. Los propios promotores del plan reconocen que de esta forma se va a agravar la situación económica de Grecia (menos crecimiento y más paro).
Por si todo esto no fuera ya suficientemente escandaloso, otra de las medidas anunciadas por el gobierno ha sido la de apoyar a la banca. El gobierno griego inyectará 17.000 millones de euros de liquidez a la banca. Se ve que para este sector, responsable directo de la situación, no hay recortes, sino más ayudas.
Caben varias reflexiones. Por ejemplo, hay quienes se llenan la boca hablando de democracia, pero les parece normal que apenas un par de meses después de llegar al poder, el gobierno de Grecia haga lo contrario al programa con el que ganó las elecciones y que su Parlamento apruebe el aberrante plan de austeridad contra la voluntad mayoritaria del pueblo que se manifesta en las calles.
También se puede hablar del penoso papel de la Unión Europea, de sus gobiernos. Para dar a la banca cientos de miles de millones de euros no han tenido ningún inconveniente. Pero para prestar dinero a un gobierno le ponen condiciones que suponen un ataque brutal a las condiciones de vida y de trabajo de millones de personas. Esto muestra la verdadera cara de lo que es la Unión Europea en la práctica, un conjunto de títeres al servicio de los intereses de los sectores más ultraconservadores. Y en esto coinciden los supuestamente socialdemócratas con los más derechistas. Coinciden Zapatero y Berlusconi.
Se ha dado un enorme poder a los poderes económicos. Se permite que, a través de la especulación, se impongan recetas que democráticamente serían inaceptables. Y la política es responsable de ello. Lo ampara, lo apoya y es parte de este sistema que ha hecho crack, y que debe cambiarse radicalmente. Pero lejos de este cambio necesario, lo que se está pretendiendo es extender los recortes a otras partes. La crisis es la coartada para imponer esas “medidas de choque” y si primero ha sido Grecia luego iremos los demás.
Ante esta situación sólo cabe la denuncia y la movilización social. El pueblo griego se ha echado a la calle, llamado por sindicatos, grupos políticos de izquierda y movimiento sociales. Son varias las huelgas generales que en los últimos meses han paralizado el país, la última esta misma semana, el 5 de mayo, acompañada de movilizaciones históricas.
En nuestras manos está reaccionar y parar esta avalancha de reformas que pretenden de una vez por todas acabar con las mejoras que durante decenios ha conquistado la clase trabajadora a través de sus luchas. O nos organizamos y nos movemos o nos van a machacar.
Laura Gonzalez de Txabarri
Responsable de Relaciones Internacionales
Comité Ejecutivo de ELA