Aboliendo la precariedad laboral

ELA emprende un plan para acabar con la situación de precariedad de 541.600 personas (407.300 en la CAPV y 134.300 en Navarra)

La precariedad se está convirtiendo en la principal característica del mundo del trabajo, en un auténtico problema endémico. Según datos de ELA, en Hego Euskal Herria hay más de 541.600 empleos precarios. Es decir, más de la mitad de las personas asalariadas de nuestro país sufren la precariedad. Es una cifra tremenda, la cruda realidad de ese supuesto oasis en el que algunos afirman que vivimos.
Tres elementos caracterizan la precariedad: la temporalidad, los bajos salarios (inferiores a 18.200 euros al año) y la salud laboral.
La precarización golpea especialmente a mujeres, jóvenes, personas migradas y con diversidad funcional. Un ejemplo de ello es que de los 541.600 empleos precarios, 311.000 corresponden a mujeres, en torno al 60%. Otro dato: una de cada cuatro personas asalariadas tiene un contrato eventual, y casi una quinta parte está a tiempo parcial.
Entre los jóvenes la cifra es aún peor: tienen una tasa de paro del 35%. Y entre los trabajadores y trabajadoras con diversidad funcional, el paro es diez puntos superior.
Por último, cabe destacar que en la última década han fallecido 17.000 personas en accidentes de trabajo o por enfermedades relacionadas con el trabajo, situación que se ha agravado, aún más, con la pandemia.
Ante esta dura radiografía de nuestro mercado laboral no es extraño que ELA haya decidido convertir la lucha contra la precariedad en el principal reto del sindicato .“Rebelarse y organizarse en contra de la precariedad laboral es la tarea más importante que tiene el sindicato”, ha asegurado Mitxel Lakuntza, secretario general.
Dicho y hecho. ELA ha dado el pistoletazo de salida a una campaña que se desarrollará en los centros de trabajo mediante la negociación colectiva, estableciendo medidas anti-precaridad y contra la brecha salarial, así como exigiendo a la patronal y a la administración medidas como la consolidación o subidas salariales acordes al IPC, entre otras. Y es que “la precariedad laboral es una anormalidad que la patronal y los gobiernos han construido, para reducir el gasto público y para que las empresas aumenten sus beneficios”.

Hego Euskal Herrian 541.600 lanpostu prekario baino gehiago daude. Datu izugarria da. Hau da gure ustezko oasiaren errealitate gordina! ELAk prekarietateari aurre egingo dio bere baliabide guztiekin.


Evidentemente, el reto es ambicioso, en las empresas y fuera de ellas. En este sentido, la secretaria general adjunta de ELA, Amaia Muñoa, ha incidido en la necesidad de superar los “límites del Diálogo Social” a través de la negociación colectiva: “Las oportunidades de mejora no dependen de esas mesas, sino de nuestra capacidad organizativa y de la cercanía al problema”, ha afirmado. Más aún ahora que la inflación está golpeando a los que tienen menor poder adquisitivo. “Debemos defender la subida salarial para que el empobrecimiento no se extienda”. Y para ello, la huelga se convierte en un instrumento imprescindible.

Prekarioetan prekarioenak gazteak, pertsona migrariak eta emakumeak dira.


La reforma laboral no acabará con la precariedad
Recientemente, se ha aprobado una reforma laboral en Madrid. ELA cree que esta reforma laboral cerrará la puerta a unos moldes de precariedad y la abrirá a otros. Hasta el momento, la razón principal de la temporalidad ha sido el contrato de obra. A partir de ahora será el contrato de fijo no continuo. El poder de las empresas respecto a la clase trabajadora será enorme: tendrán a sus empleados y empleadas en casa esperando una llamada. Para el Gobierno este contrato tendrá una ventaja enorme: no figurará en las estadísticas como un contrato eventual.
Además, independientemente de lo que diga la ley, muchos empresarios utilizan la mentira y el fraude para imponer contratos temporales. La labor contra este fraude la debería llevar a cabo la Inspección de Trabajo, pero al carecer de medios para ello lo tendrán que hacer los trabajadores y trabajadoras, con la ayuda del sindicato.  


 https://www.ela.eus/es/precariedad

 

¿QUÉ ES PRECARIEDAD LABORAL?

La pobreza es precariedad. Todo el mundo necesita un salario que garantice unos ingresos suficientes para una vida digna. ELA sitúa esta barrera en 18.200 euros anuales.
La falta de estabilidad es precariedad. La ausencia de un contrato indefinido dificulta enormemente la construcción de un proyecto de vida. Aquí entran las personas que no tienen contrato, las que solo tienen una beca o están en prácticas o con contratos eventuales, por ejemplo, así como los falsos autónomos.
*El 25,1% de la población asalariada tiene contrato eventual en Hego Euskal Herria (13,4% de media en la UE-27). Sólo en las administraciones hay más de 70.000 eventuales.
*El 16,6% de la población asalariada tiene un contrato a tiempo parcial en Hego Euskal Herria.
*Según el Servicio Público de Empleo estatal, el 95,2% de los contratos iniciales firmados en lo que va de año son temporales y el 34,1% son a tiempo parcial.
Al fin y al cabo, la precariedad es tener a las personas trabajando al límite: si pierden lo poco que tienen lo pierden todo. En este sentido, la precariedad es una herramienta disciplinaria para las empresas, que confían en que las personas más vulnerables no puedan organizarse o movilizarse por miedo.
Los trabajos que enferman son precariedad. Trabajar puede hacer enfermar y morir, porque se trabaja con productos peligrosos, porque se pueden sufrir caídas y atropellos de máquinas, porque la inadecuada organización del trabajo genera problemas tanto físicos como mentales o porque se sufren situaciones de acoso. Todas estas casuísticas se están extendiendo por el mundo laboral.
No tenemos más que analizar el número de muertes laborales de los últimos años para ver el riesgo mortal que supone trabajar. Hay que tener en cuenta que por cada persona fallecida en accidente laboral fallecen otras 25 por enfermedades profesionales. Es decir, en los últimos diez años, en Hego Euskal Herria han fallecido unas 17.000 personas a causa del trabajo. Y a eso habría que añadir las que se han contagiado de COVID-19 en el trabajo y han fallecido, o sus familiares. La crisis sanitaria ha demostrado, aún más claramente, que poner vidas en peligro es un precio que los gobiernos y patronales tienen que afrontar y pagar, ya que son los responsables de este sistema.

PROPUESTAS DE ELA

*Establecer, siguiendo las recomendaciones europeas, un salario mínimo digno de, al menos, el 60% de los salarios medios. Esto equivaldría a 1.381 euros mensuales.
*Establecer un contrato mínimo de 20 horas semanales para evitar la pobreza que suponen las jornadas parciales. Asimismo, la obligación para las empresas de complementar de forma definitiva las jornadas parciales cuando queden horas disponibles o se incrementen las cargas de trabajo.
*Que las personas subcontratadas tengan garantizado el derecho de subrogación, es decir, que tengan asegurado el derecho a trabajar en la nueva empresa cuando la empresa matriz cambie de subcontrata.
*Establecer la nulidad de los despidos de eventuales en fraude.
*Que las administraciones consoliden a las 70.000 personas eventuales contratadas fraudulentamente.
*Equiparar el número de personal en inspección con Europa para atacar el fraude en la contratación y garantizar una buena salud laboral, lo que supondría duplicar el número de profesionales.

 

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