La corrupción también chapotea en el Oasis Vasco

Entre los tópicos que se asignan a cada pueblo, al vasco le corresponde, entre otros, el de “la fidelidad a la palabra dada”, la seriedad, la honradez… “Palabra de vasco”, se dice, y se supone que todo el mundo sabe que eso se va a cumplir. Un vasco nunca engaña, por lo que parece. Con gran oportunismo, este tópico se ha aplicado también a la política, donde faltar a la palabra, en los tiempos que corren, es tan frecuente que nunca es noticia. Por el mismo camino, pero un paso más allá, se llega a la corrupción, lacra que supuestamente no contamina el oasis vasco. Aquí, la política es por lo general limpia y honrada… salvo excepciones. Pues no, en esto, Euskadi no es ‘different’...
Mientras que en Navarra, desde el urralburismo hasta las dietas de Caja Navarra, la corrupción y su denuncia periodística (en ello el papel de Patxi Zamora es muy destacable) ha sido constante -y también un factor para propiciar cambios de gobierno-, en la CAPV la corrupción es una realidad soterrada, casi siempre fuera de foco, con poca o nula atención por lo medios de comunicación y solamente investigada por un puñado de outsiders del periodismo. Precisamente cuatro de estos periodistas -todos hombres, por cierto, lo que exige una reflexión sobre el papel que se reserva a las mujeres en las redacciones- fueron convocados a una mesa redonda el pasado 3 de octubre en Gasteiz por ADI Ekartea, la asociación alavesa que se preocupa de denunciar la corrupción política, y que encuadró esta cita en un ciclo de mesas redondas con profesoras de universidad y otras personas que han investigado este fenómeno desde la financiación de los partidos políticos hasta la legitimación social y el miedo a la denuncia.
Estos cuatro periodistas desgranan a continuación algunas características de este supuesto Oasis Vasco, donde la corrupción política también chapotea a sus anchas… Aunque no lo veamos.