A menos gasto, más propaganda (Astekaria 124, Iritzia)

2004/01/26

Conozco a varias parejas jóvenes que andan mosqueadas con Javier Madrazo porque su departamento les ha denegado las ayudas para compra de vivienda con el argumento de que el precio por metro cuadrado de las viviendas en cuestión excede los criterios fijados por el gobierno vasco.

Y esta gente, que ha tenido que hipotecarse hasta las cejas para acceder a viviendas modestísimas, se pregunta dónde hay pisos que entren en los parámetros de Madrazo, porque ellos no los ven por ningún lado. Y, claro, llegan a la conclusión de que la famosa política de ayuda a la vivienda tiene mucho más de propaganda que de compromiso serio que responda a las expectativas abiertas en las personas jóvenes o no tan jóvenes que necesitan casa.

Me da la impresión de que el caso de la vivienda no es sino otro exponente de la doble política del gobierno de Gasteiz en materias sociales. Doble política que combina mensajes políticamente correctos desde una perspectiva progresista con opciones presupuestarias que van justo en sentido contrario al que se proclama. Es decir, que el discurso va por un lado y la realidad por otro, una práctica habitual si nos atenemos a los informes del Gabinete de Estudios de ELA sobre los sucesivos presupuestos de la CAPV y de la Comunidad Foral de Navarra.

De estos informes se deduce que la CAPV (las conclusiones respecto de Navarra son muy similares) viene minorando el peso del gasto público y cerrando los ejercicios con superávit, reduce el gasto público en educación y frena el gasto en sanidad, congela las ya insuficientes ayudas de emergencia social y plantea una renta básica que deja a muchas personas bajo el umbral de la pobreza.

Por lo que afecta a la política de vivienda, la cantidad destinada en los presupuestos está a años luz de las necesidades sociales en la materia y, sin embargo, paradójicamente, no llega a gastarse en su totalidad, posiblemente porque la realidad del mercado inmobiliario, incluso en sus segmentos más modestos, está fuera de las condiciones que el departamento de Madrazo exige.

El resultado es que las personas beneficiadas de la política de vivienda son pocas, las frustradas legión, y al departamento todavía le queda dinero para seguir haciendo propaganda de la política de vivienda de este gobierno tan social.

G.K.