En defensa del honor de ELA

2007/01/23

Los periódicos El Diario Vasco y El Correo Español publicaron el pasado sábado, 13 de enero un reportaje sobre el proceso de renovación en ELA, firmado por J.L.Galende, que incluía un despiece firmado por E.C., bajo el titular El relevo de la vieja guardia. No voy a entrar a desmentir las numerosas inexactitudes que el texto contiene. Me voy a limitar a dos extremos.

1. Fondos de pensiones

No es cierto que los miembros del Comité ejecutivo tengamos un fondo de pensiones distinto de la EPSV de empleo constituida por la plantilla del sindicato, como se da a entender en la información.

No es cierto que los montantes de dicho fondo común se aproximen, ni por asomo, a las cifras lanzadas en El Diario. En ELA no hay tales fondos de cientos de miles de euros. Para que los lectores se hagan una idea del despropósito de lo publicado: con la cantidad que el periódico me atribuye (en el caso de Elorrieta rebasaría incluso los 700.000 ¬) llega para pagar los montantes percibidos por los siete miembros del Comité Ejecutivo que han dejado ELA y se mencionan en la información, más los acumulados por Kortabarria y yo mismo; y, encima, sobra dinero.

Tengo que añadir que noticia que afecta tan gravemente a nuestro honor individual y colectivo ha sido puesta en circulación sin haber sido contrastada con el sindicato ni con las personas afectadas, como pensamos que hubiera sido de rigor. Es lamentable tener que desmentir lo que nunca debió publicarse.

2. Puestos institucionales

Tampoco es cierto que a las personas que han salido del Comité Ejecutivo, como consecuencia de lo que el periódico denomina operación renove, se les ha ubicado en puestos institucionales. ¿A quiénes?, ¿en qué puestos?, pregunto.

Lo cierto es, por el contrario, que de las nueve personas mencionadas en la información, unas han seguido trabajando en ELA en otras tareas, y otras, simplemente, han dejado el sindicato; un caso especial fue el de Juan Miguel Mendoza, que, hasta su prematuro fallecimiento, trabajó en Elkarkidetza, entidad de previsión a cuya creación él había contribuido en buena medida. Nadie ha sido, en consecuencia, ubicado en puestos institucionales. Tengo que añadir que esta información no es inocua, ya que la facilidad para colocar a sus responsables en puestos institucionales sugiere que el sindicato disfruta de una complicidad con los poderes políticos que vendría a desmentir la independencia política de la que hemos hecho seña de identidad.

Pienso que el daño que estas informaciones han causado al buen nombre de la organización y en el de las personas que hemos sido aludidas no se va a poder remediar del todo: siempre habrá quien se quede con el morbo de lo que este periódico publicó el pasado sábado, por muy falso que sea. Yo quiero, a pesar de todo, que el mundo del trabajo, sobre todo nuestra afiliación, sepa que tales informaciones no son ciertas, que ELA es una organización dirigida por gente decente, administrada con rigor, que sabe preparar y cuidar su renovación, que ha incorporado a jóvenes y mujeres a los puestos de responsabilidad, y que mira el futuro de frente, dando la cara.

José Elorrieta. Secretario general de ELA