ERE: obrero despedido, patrón subvencionado
Es, sin duda, un hecho trágico que modifica el status social de una persona, que alcanza a sus derechos básicos y que además señala la puerta de acceso hacia la exclusión social, hacia la pobreza más severa.
Esta claro que esta consideración importa muy poco a la mayoría de las direcciones de las empresas. Acostumbrados estos últimos años a la obtención de beneficios históricos, la preocupación de muchas empresas no es cómo aminorar los efectos de la crisis, ni cómo mantener el empleo y la vinculación del trabajador y su conocimiento a la empresa. El objetivo sigue siendo el mismo: mantener el beneficio sin esfuerzo y compromiso ninguno. No son pocas las empresas que ven en esta crisis incluso una oportunidad para ajustar plantillas mas fácilmente, por la vía rápida. Saben en definitiva que la coyuntura permite despedir a mas gente y más barato.
Muchos de esos despidos se están produciendo mediante los expedientes de regulación de empleo que las empresas presentan en el Departamento de Trabajo del gobierno de Navarra.
Lo realmente preocupante de esta realidad es que el Gobierno de Navarra está aprobando prácticamente la totalidad de los expedientes presentados. En lo que va de año han sido autorizados 432 expedientes de suspensión ( se va al desempleo temporalmente pero no se pierde el empleo) que han afectado a 13.385 trabajadores / as y 45 expedientes de rescisión ( despidos directos) que, con el visto bueno del Gobierno, han mandado a la calle a 1.185 trabajadores / as.
Los expedientes no aprobados han sido únicamente 4 de 432 en el caso de los de suspensión y solamente uno en el caso de los de rescisión.
La política del Gobierno de Navarra es tan clara como alarmante. Han decidido que hay que facilitar a las empresas el despido de trabajadores / as. No les importa la situación ni productiva ni económica en la que se encuentre la empresa. Aprueban todo, incluso el de aquellos expedientes que no han contado con el visto bueno del comité de empresa, ni siquiera el de aquellas empresas que se encuentran saneadas financieramente y que incluso siguen generando beneficios.
El Departamento de Trabajo del señor Roig sabe muy bien cuáles son las consecuencias de esta política, saben que están condicionando y trucando el proceso de negociación en cada empresa, con el objetivo de trasladar a los trabajadores y trabajadoras un mensaje de resignación ya que el final de la negociación está escrito de antemano.
El Gobierno ni valora, ni acepta argumento alguno que provenga de la representación de los trabajadores/as.Se trata en definitiva de colocar a los trabajadores en una situación de desventaja e indefensión absoluta donde se concede a las empresa patente de corso para despedir a su antojo.
Estamos hablando de algo tan grave como es el ataque de una institución pública al derecho y las garantías de un proceso de negociación. Una estrategia que busca dinamitar todas las reglas de juego, sin reparar que tratamos de algo tan fundamental como el empleo.
Es urgente un cambio de esta política para mantener el empleo en Navarra. Sería conveniente que este Gobierno tomase nota de lo que en algunos estado europeos están llevando a cabo: fórmulas de reparto del trabajo, reducciones de jornada pactadas, etc... Medidas, entre otras, que explican por qué en estos estados el desempleo no se ha desorbitado como sucede aquí..
Por todo esto, es exigible al Departamento de Trabajo, y más en concreto a su máximo responsable el Consejero Roig, que actué en sentido contrario, como le corresponde y cabría esperar de una institución publica que debiera equilibrar las hoy tan descompensadas fuerzas en el conflicto por el mantenimiento del empleo.
Falta nos hace porque las decisiones que este Gobierno ha tomado los últimos meses son una suma de desaciertos que incluso alcanzan el ridículo. Basta atender a la estadística para ver dónde queda toda la propaganda. Los 65.000 empleos que se anunciaban con el Plan Navarra 2012 se han quedado en 2.500. Más de lo mismo con los 8.000 puestos de trabajo que iban a generarse en base el acuerdo suscrito, también esta vez con UGT y CCOO, para subvencionar a empresarios. Este acuerdo se ha concretado, “sorpresivamente”, tan sólo en 250 empleos. Sobra cualquier comentario.
Una vez constatada la ineficacia de las medidas planteadas por este Gobierno en lo relativo al empleo, además de pedir un giro en esa política, es además exigible y conveniente que el señor Roig y su Departamento adopten un compromiso firme que permita afrontar los procesos de negociaciones de ERES con garantías. Lo tienen fácil: se trata únicamente de que no se aprueben los EREs que no cuenten con un acuerdo entre empresa y trabajadores/as. Con la que está cayendo...¿es mucho pedir?
Mitxel Lakuntza
Coordinador de ELA en Navarra.