Huele a podrido en Lutxana
"Fertiberia cerrará este verano la planta de Lutxana tras el acuerdo respaldado por la mayoría laboral", se puede leer en la prensa diaria. Se puede leer, también, que el 75% de la plantilla de la factoría barakaldesa ha firmado el documento de adhesión al acuerdo de cierre de la empresa. Sin embargo, hace todavía pocas semanas, la plantilla de Fertiberia se pronunciaba mayoritariamente, en votación secreta, contra el plan que ahora ha sido aprobado. ¿Qué ha habido para que, en tan poco tiempo, lo que era inaceptable termine siendo bueno?
Ha habido, fundamentalmente, presión. Presión ejercida por la empresa, con la colaboración de los sindicatos UGT y CCOO, para forzar la firma, en muchos casos resignada o temerosa, de adhesión al acuerdo. La empresa y, por lo que parece, estos sindicatos, se jugaban demasiado para aceptar una decisión de la asamblea de trabajadores, tomada en votación secreta, que frenaba sus planes. Por eso, Don Dinero, que, como se sabe, es poderoso caballero, ha pasado por encima de la decisión democrática y libre de los trabajadores y la pasta gansa de los 330 millones de euros del pelotazo inmobiliario ha barrido los puestos de trabajo, los compromiso solemnes asumidos cuando la empresa se privatizó, los discursos sobre el mantenimiento del empleo industrial en Ezkerraldea, y la vergüenza de algunos sindicatos y políticos.
Recordemos, aunque sea telegráficamente, la historia de los último años de la factoría barakaldesa.
El PP privatiza Sefanitro
En 1996 el Gobierno PP privatiza Sefanitro y la adjudica a Fertiberia (grupo Villar Mir) en 5 millones de euros (900 millones de pesetas). Se da la nada inocente coincidencia de que el ministro de industria que entrega Sefanitro a Fertiberia es Josep Piqué, antiguo vicepresidente de Fertiberia. En el protocolo adjunto a la privatización, CCOO y UGT consideran que es la "mejor opción para la consolidación de Sefanitro". Se dice, también, que "la ubicación en Lutxana es la adecuada, llevándose a cabo las inversiones medioambientales, de reposición y optimación...". Se contempla la posibilidad de traslado de la factoría al Puerto Exterior de Bilbao utilizando para ello los beneficios obtenidos con la venta del terreno. Es decir, que la venta de los terrenos está, desde el principio, en el punto de mira.
El PSE-EE recalifica los terrenos de Lutxana
En 1998, el Ayuntamiento de Barakaldo (PSE-EE), atendiendo a las alegaciones de la empresa, recalifica los terrenos para dedicarlos a uso residencial. Ninguna exigencia a la empresa para el mantenimiento del empleo, por ejemplo, mediante el traslado de la factoría al puerto exterior. Desde ese momento, el negocio principal de la empresa no es la actividad industrial sino el valor de sus terrenos, que pasa, precisamente, por el cierre de la fábrica. Lamentablemente, no es el primero ni el último exponente de la política de desertización industrial que el PSE-EE promueve en Ezkerraldea.
La excusa medioambiental
A partir de ese momento la empresa no discute, sino que las acepta de buen grado, las iniciativas del ayuntamiento y las supuestas imposiciones de las normas comunitarias que obligarían a cerrar la planta. ¡Qué otra cosa quieren los propietarios de Fertiberia! Mientras tanto, las producciones que se vienen haciendo en Lutxana, se trasladan a factorías de Asturias y Argelia.
El último obstáculo
La plantilla de Lutxana es el último obstáculo que Fertiberia tiene que saltar para consumar el gran negocio. Y lo salta, mejorando indemnizaciones (no son sino migajas del gran pastel), sugiriendo recolocaciones, metiendo miedo y situando a la gente ante hechos consumados. Todo ello con la colaboración de UGT y CCOO, a los que Fertiberia ha ofrecido una conveniente contraprestación económica por los servicios prestados.
Se consuma así una operación de deslocalización de empleo, favorecida y premiada con muchos millones de euros por decisiones políticas de PP y PSOE, y avalada por el silencio del Gobierno de Lakua. Algo huele a podrido en Lutxana, y no son precisamente los humos de la Sefanitro.
Marikruz elkoro Secretaria comarcal Ezkerraldea-Kadagua y ALBERTO VALLES, Secretario general de ELA-Hainbat