Precariedad y subcontratación

2006/06/18

Para algunos, estas dos palabras no tienen nada que ver entre sí y niegan que la una lleve a la otra. Para otros, es imposible separarlas, porque una lleva a la otra y van unidas de la mano.

Para los primeros, administraciones públicas y empresas privadas, la subcontratación es un instrumento que les permite abaratar los costes e incrementar los beneficios, en algunos casos propios (empresas privadas) y en otros beneficiar las "arcas" de sus amigos empresarios (administraciones públicas).

No se detienen a mirar las condiciones de los trabajadores y trabajadoras que son contratados a través de las empresas a las que conceden la contrata.

No les interesa saber si tienen contratos parciales, eventuales, salarios mínimos o incluso si, en el mejor de los casos, tienen un convenio de aplicación que garantice unas condiciones mínimas.

No les preocupa si existe o no el derecho a la subrogación, que garantice mantener unas condiciones específicas y no la merma continúa de éstas en cada nuevo proceso de adjudicación del servicio. Para éstos, administraciones públicas y empresas privadas, los trabajadores y trabajadoras de las empresas subcontratadas no son personas, son simples números que les tienen que hacer cuadrar un balance de resultados, positivo si es posible, a fin de año.

Para los segundos, sindicatos, la subcontratación es la lacra de la sociedad actual, el nuevo modelo de precariedad de este país globalizado y de políticas neoliberales, a las que nuestros dirigentes políticos nos están llevando.

A igual trabajo, igual salario es el lema constante de nuestras campañas, de nuestra lucha diaria en contra de la discriminación y la falta de reconocimiento que supone el ser contratado por una empresa subcontratada por otra.

No sólo nos pagan menos, trabajamos más horas o tenemos peores condiciones sociales, sino que además, nadie se preocupa en hacernos un plan específico en materia de salud laboral, por lo que también somos ninguneados.

Pero desde ELA, y teniendo muy claro que un buen convenio no cae del cielo, vamos a seguir uniendo nuestras voces y nuestra fuerza, en terminar con este modelo de precariedad, reivindicando unas condiciones iguales, en garantías sociales, salarios o salud laboral, para todos los trabajadores y trabajadoras que sufren a diario el trabajar para una empresa subcontratada, reivindicando convenios equiparados al de la empresa principal, ya sea pública o privada, como lo hemos venido haciendo hasta la fecha, en Limpieza de Educación, Limpieza de Osakidetza, Limpieza del Ayuntamiento de Durango, Comedores escolares, monitoras de autobuses y más recientemente en la Limpieza del Ayuntamiento de Irun.

Pero no debemos olvidarnos de la reivindicación que, desde hace siete meses, vienen demandando los trabajadores de Prosegur que realizan la vigilancia de la comisaría de Erandio para el Departamento de Interior. Un claro ejemplo de la insensibilidad de nuestros políticos, y de cómo se beneficia a las empresas de sus amigos, es negar una equiparación salarial a estos trabajadores, que sí han concedido, sin ningún tipo de vergüenza, para el personal subcontratado para la limpieza de las comisarías, con las empresas Uni-2 y Garbialdi, las dos de su entorno político.

Siete meses en huelga, acampados frente a la macro-comisaría y sin ningún tipo de respuesta por parte de nadie, ni de la empresa ni del Departamento, pero con un objetivo muy claro, conseguir terminar con una discriminación y una precariedad, que de otra manera no hubiera sido posible. Porque luchar merece la pena.

Noemi Etxebarria, responsable de ELA-Zerbitzuak