Recuperar el espacio de clase (Astekaria 163, iritzia)

2005/06/26

El no con el que mayoritariamente ha respondido la ciudadanía del estado francés y de Holanda en el referendum sobre el Tratado constitucional europeo ha sacudido a la Unión Europea y la ha sumido en una crisis cuyas consecuencias son difíciles de prever. El no ha sido el contrapunto popular al discurso políticamente correcto de apoyo al Tratado que han mantenido la gran mayoría de fuerzas políticas y creadores de opinión.

La sacudida del no francés y holandés ha alcanzado también al movimiento sindical. La Confederación Europea de Sindicatos (CES) se había alineado inequívocamente con los defensores del Tratado, posición que secundaron con mayor o menor entusiasmo muchas de las organizaciones asociadas.

Ahora se impone un proceso de reflexión sobre la evidente distancia entre las consignas oficiales y la voluntad de buena parte del mundo del trabajo que los dos últimos referendos han puesto de manifiesto.

No es mal punto de partida empezar reconociendo, como ha hecho la CES, que buena parte del voto negativo proviene de trabajadores y jóvenes, es decir, de los sectores que representan la base social y el futuro del movimiento sindical.

El siguiente paso deberá ser, en mi opinión, el de enlazar con las necesidades y la sensibilidad de estos colectivos, marcando distancia respecto de la elite que esta dirigiendo el proceso de construcción europea con una perspectiva eminentemente neoliberal. Y es que el debate sobre el modelo de unión es, en buena medida, un debate de clase en que el movimiento sindical debe recuperar el sitio que le es propio.

HI