Detrás de un pomposo discurso Adegi se aferra a su estrategia de siempre

Una vez más, Adegi, patronal de Gipuzkoa, vuelve a ofrecernos su reflexión sobre una nueva cultura de empresa; últimamente nos han acostumbrado a convocar una vez al año un acto lleno de pompa. Adegi suele darlo todo en estos actos, difunde su propaganda y sus brillantes propuestas a los cuatro vientos, y además no suelen faltar invitados de lo más granado; entre ellos no puede faltar, como todos los años -o todos los días, diría yo- la consejera Arantza Tapia, que está siempre dispuesta a estar con la patronal, mientras que para nosotros nunca tiene tiempo; desde el 8 de abril del año pasado esperamos su respuesta para una reunión que le pedimos.
¿Qué dice Adegi? Que es hora de gestionar las empresas de otra manera; que su objetivo es romper la división entre empresarios y trabajadores; que la empresa es un proyecto compartido, y que las bases de la empresa del futuro deben ser la transparencia, la información, el diálogo y la participación. Su principal meta es la competitividad empresarial, y todos los factores que influyen en una empresa deben estar al servicio de ella; la patronal admite en su documento que en la competitividad tienen que ver diversas variables, pero subrayan sobre todo la importancia de los costes laborales y de la jornada. Sin dudarlo, afirman que es hora de ir a una interlocución directa con los trabajadores, y por si acaso dicen que no quieren obviar las obligaciones legales para con la representación de la plantilla (en 46 páginas se hacen dos escuetas referencias).
Aunque esta vez Adegi ha tratado de cuidar más la redacción de su documento, no puede ocultar qué le molesta: no quiere saber nada de los sindicatos; no somos nadie en la nueva cultura empresarial de Adegi, en todo caso, obligaciones legales hacia la representación de los trabajadores y trabajadoras. Para la transformación del mundo empresarial los sindicatos no contamos; ¿por qué razón?
Porque detrás de su pomposo discurso están agazapados los verdaderos motivos de Adegi: reducción de costes, moderación salarial, aumento de la jornada, flexibilidad sin límites. En definitiva, con el gancho de la participación y el diálogo, la patronal quiere garantizar que perdurará el mismo sistema de siempre: la empresa es mía, y aquí mando yo.
Para conocer los verdaderos objetivos que mueven a la patronal basta con ir a la página 9 del documento: “en definitiva el 7 de Julio (fecha en que muchos convenios “perdieron” legalmente la ultraactividad) precipitó la necesidad del cambio; no se trató tanto de un cambio de rumbo de nuestra estrategia sino una aceleración en su ritmo en una dirección hacia la que ya nos dirigíamos y en la que seguimos en la actualidad. Hagamos virtud de la necesidad”. Está claro que Adegi se encuentra cómoda con las normas que establece la nueva reforma, y que superar los límites fijados por ella será imposible con ellos.
Para acabar, queremos lanzar un desafío a Adegi: No somos contrarios a ampliar la participación de los trabajadores y trabajadoras; al contrario, somos partidarios al 100%; tampoco nos oponemos a la transparencia: la reivindicamos todos los días porque la echamos en falta; no estamos en contra del diálogo, sino de las imposiciones. Día tras día, son las patronales las que en las empresas vierten amenazas, chantajes e imposiciones. ¿Cómo es posible que en 46 páginas dedicadas a la nueva cultura empresarial no se cite la democratización de las emprsas?