El convenio del Metal de Navarra firmado por UGT y CCOO vulnera la libertad sindical
Es una sentencia del TSJN que ratifica la sentencia del juzgado de lo social nº 2 y anula los artículos 25, 26 y la disposición adicional primera del convenio del Metal vigente.
En opinión de ELA es una sentencia muy grave por 2 motivos:
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La sentencia acredita que UGT, CCOO y la patronal han vulnerado la libertad sindical de ELA.
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UGT y CCOO pretenden usurpar la representación de los trabajadores en las empresas donde no se hubiesen celebrado elecciones sindicales para negociar unilateralmente materias tan importantes como la modificación sustancial de las condiciones de trabajo, inaplicación del convenio o despido colectivo.
ELA cree que esta sentencia demuestra que la prioridad de UGT y CCOO no es la negociación colectiva ni combatir la reforma laboral, sino aprovechar este convenio sectorial para conseguir funciones y competencias que ni la propia ley ni los trabajadores les otorgan. En definitiva lograr el monopolio sindical ignorando la voluntad de los trabajadores con prácticas antidemocráticas. En concreto, los artículos anulados permitían a UGT y CCOO firmar despidos o aceptar descuelgues salariales sin contar con los trabajadores/as afectados de empresas sin representación sindical.
ELA quiere recordar que la condena de esta sentencia por vulneración de la libertad sindical se suma a otras como las de Koxka o Portland y evidencia una estrategia sindical donde el objetivo, siempre en connivencia de la Patronal, es eliminar alternativas sindicales como las que representa ELA incluso recurriendo a la ilegalidad.
La progresiva pérdida de representación entre la clase trabajadora navarra, los casos de corrupción y el creciente descrédito de UGT y CCOO, demuestran cada vez con mayor intensidad el fracaso y la degradación de un modelo sindical incapaz de organizar a la clase trabajadora.
ELA exige a UGT, CCOO y la patronal a que abandonen estas prácticas antidemocráticas consistentes en vulnerar la libertad sindical para arrogarse una legitimidad que ni la ley ni los trabajadores les otorga.