El gobierno vasco no favorece la conciliación de la vida laboral y familiar

Para Gabiola “estas ayudas económicas siguen siendo completamente insuficientes, ya que no compensan ni de lejos la importante pérdida económica que conlleva tener que coger una reducción o una excedencia”.
Además, la responsable de ELA ha recordado que “no está garantizado siquiera el cobro de estas pequeñas cantidades, ya que se trata de ayudas sujetas a dotación presupuestaria y su finalización, supone la inexistencia de más subvenciones”. Es decir, que a pesar de toda la propaganda en torno a estas ayudas económicas, ni siquiera aseguran la función para las que fueron creadas, cuando una cuestión así debiera constituir un derecho universal.
Para ELA resulta muy grave el hecho de que con estas medidas en la práctica se está potenciando la salida del mercado laboral de las mujeres. Gabiola ha recordado que “el 94,1% de quienes han accedido a este tipo de ayudas en el ejercicio 2008, y por consiguiente, han condicionado su vida profesional a la familiar, son mujeres (97% en el caso de las excedencias, y 93,4% en el de las reducciones)”. Acogerse a medidas de subvenciones o reducciones de jornada tiene más consecuencias que las meras salariales, que tampoco se contemplan (coberturas sociales, promoción profesional,...). Además, es evidente que en una gran parte de los casos son salidas obligadas, no voluntarias.
Julene Gabiola ha denunciado que “las instituciones vascas no dan una cobertura adecuada a las necesidades de cuidado de las personas, y en su lugar pretenden poner parches a la situación de carencia de servicios, que son los que mayor posibilidad de compatibilización ofrecen. Esta situación afecta tanto a los tramos educativos (0 a 2 años), como a la cobertura de las situaciones de dependencia”:
- En cuanto a los servicios para menores se refiere, en 2008, la cobertura de las plazas de los menores de 1 año fue del 21% (11,7% en la red pública y 9,4% en la privada), de forma que el 79% de los menores de 1 año no tuvieron ninguna plaza. La cobertura de los menores de 2 años fue del 42,5% (21,5% en la red pública y 21% en la privada), con lo que el 57,5% de los niños y niñas de esta edad no tuvieron plaza.
- En cuanto a la cobertura de las necesidades de cuidado de las personas mayores, según el Informe 2008. Las personas mayores en España, en el ejercicio 2008 tan sólo el 23,3% de la población mayor de 65 años con alguna discapacidad a la hora de realizar las actividades básicas de la vida diaria tuvo una cobertura de servicios sociales públicos o concertados, lo que evidencia una muy insuficiente cobertura también en el campo de las personas con este tipo de discapacidad.
En relación a la eliminación del requisito de tener que solicitar las ayudas económicas para un periodo mínimo ininterrumpido de 59 días en cuanto a la posibilidad de poder percibir subvenciones por excedencias o reducciones de jornada en periodos de vacaciones escolares, Julene Gabiola ha manifestado que “con esta modificación se ha hecho mucha propaganda, pero para el cobro de la subvención sigue siendo necesario que el periodo mínimo de excedencia o reducción de jornada para el que se solicita la ayuda económica sea de 59 días”.
Para ELA es evidente que el Gobierno Vasco no tiene voluntad real de impulsar la conciliación de la vida laboral, familiar y personal. Las vacaciones de los niños y niñas son mucho más largas que las de sus progenitores, y en el día a día las jornadas laborales también son mucho más alargadas, lo que imposibilita una compatibilización razonable de la vida laboral y familiar. Si añadimos el hecho de la escasa cobertura de servicios sociales para personas mayores que necesitan de cuidados, a veces permanentes, nos encontramos con una conciliación más ficticia que real.
Lamentablemente, la organización actual de la sociedad hace imposible una compatibilización digna de las esferas profesional, familiar y personal. La primacía del mercado hace que todo gire en torno al mismo, con unas jornadas laborales eternas, rigidez en los horarios, sin darnos cuenta, a veces, de que detrás de nuestras “necesidades” de consumo se encuentran las vidas y los tiempos de otras personas.
Demandas de ELA
Por útlimo, Gabiola ha recordado que “ELA lleva años reivindicando unos servicios que garanticen la cobertura del 100% de las necesidades de cuidados tanto de niños y niñas, como de personas mayores con discapacidad, ya que la existencia de los mismos es necesaria para la compatibilización de la vida profesional y laboral”.
Asimismo, ELA exige ayudas económicas dignas para cubrir la pérdida económica de quienes voluntariamente, decidan acogerse a medidas de excedencia o reducción de jornada para el cuidado.
ELA también cree necesaria un cambio en la organización de la sociedad, para que el conjunto de las actividades (económicas o no) permitan que los calendarios y horarios puedan permitir realmente la conciliación de la vida laboral y familiar, además de la personal.
En definitiva, es necesario y urgente replantear el sistema, relativizar el mercado, y dar más peso a lo que realmente es importante, que no es otra cosa que la vida. Y el decreto y la orden del Gobierno Vasco ni se plantean estas cuestiones tan importantes.