ELA critica en el CES que el presupuesto de Navarra pierde peso porque crece mucho menos que el IPC y el PIB

El Gobierno de Navarra ha presentado el Anteproyecto de Presupuestos de Navarra de 2023 en el CES. Es decepcionante que el Gobierno ni siquiera disimule el nulo interés que tiene en escuchar, y mucho menos en garantizar una participación social y sindical amplia en la política presupuestaria y fiscal, no hay voluntad política. Es un mero trámite legal donde se hace una presentación del presupuesto sin dar ninguna oportunidad real de que nada de lo que se aporte allí pueda tenerse en cuenta.
En cuanto al Anteproyecto de Presupuesto, aumenta en 129,4 millones de euros desde el crédito definitivo de 2022 (a 30 de septiembre) al Anteproyecto de Presupuesto de 2023, situándose en 5.748,9 millones de euros. En este sentido, cabe señalar lo siguiente:
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El presupuesto presentado aumenta un 2,25% desde el crédito definitivo de 2022, mientras la previsión del Gobierno es que el PIB aumente un 8,2% y el IPC crezca de media un 8,9%.
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Parte del presupuesto viene de los Fondos Europeos (249 millones de euros). Un dinero que es un hecho puntual, que habrá que devolver en forma de más deuda pública y que viene condicionado, entre otras, a recortar las pensiones.
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El pago de la deuda y el peaje en la sombra sigue aumentando. En esta legislatura se ha pasado de pagar 431,3 millones a 628,3 millones de euros, un 20% más. Más de 1 de cada 10 euros del presupuesto se destinan a esto.
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Se mantienen las prácticas clientelares con las organizaciones del diálogo social, CEN, UGT y CCOO. Por un lado, se repiten las partidas presupuestarias recuperadas el año pasado como la del Delegado Territorial de Prevención o el Delegado de Igualdad, entre otras, por 1,3 millones de euros que se reparten estas organizaciones. Y por otro lado, se sigue manteniendo el privilegio fiscal a las empresas.
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En una situación donde las listas de espera de Osasunbidea están disparadas y descontroladas, el gasto en salud pierde peso respecto al PIB si comparamos la previsión de gasto de 2022 y el presupuesto de 2023, algo que también sucede con Educación.
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La actualización salarial a los empleados y empleadas públicas será del 3%, muy por debajo del IPC, lo que significa que perderán poder adquisitivo. Es lamentable que el Gobierno de Navarra por un lado se escude en la política de Madrid para tomar esta decisión, y por otro, mande un mensaje a la patronal de que ante la inflación se debe empobrecer a la clase trabajadora.
La política presupuestaria y la política fiscal reflejan los intereses que el Gobierno defiende más allá de la propaganda que haga, aquí es donde se ve para quién se gobierna.
El presupuesto se cuadra gracias al déficit, es decir, aumentando la deuda. Si este aumento de la deuda pública no se acompaña de una reforma fiscal que aumente la recaudación, la haga más progresiva y sobre todo se haga aumentando la presión fiscal a las empresas y a las rentas empresariales y del capital, volverán los recortes. Aumentar la recaudación está en manos del Gobierno de Navarra, sólo hace falta voluntad política para ello.