Kutxabank

ELA pide al presidente que cumpla en la propia entidad lo que predica en público para que no aumente más la brecha generacional

22/05/2024
El presidente de Kutxabank, Antón Arriola, realizó unas declaraciones en el Museo Guggenheim de Bilbao durante el II Encuentro Educación-Empresa organizado por Zedarriak que para la plantilla de ELA de Kutxabank resultan incoherentes. Arriola señaló que la juventud percibe sueldos injustos y que es necesario mejorar estos sueldos para que tengan un proyecto de vida. Estas palabras fueron mencionadas por el presidente de una entidad que ha ganado 510 millones el año pasado y ha obtenido 120 millones de beneficios netos en el primer trimestre de 2024, un 8,5% más que el año pasado. Estos beneficios son suficientes para garantizar la subida del IPC a todos los trabajadores y trabajadoras, así como para mejorar el salario de los y las trabajadoras más jóvenes. Sin embargo, las palabras del presidente no se reflejan en Kutxabank.

La mayoría de las personas jóvenes que comienzan a trabajar en Kutxabank perciben el salario más bajo de la entidad, es decir, 25.083 euros anuales; en realidad perciben el 82% de ese salario, 22.106 euros, porque tienen un contrato de formación. Esto supone que perciben el mismo salario que recibía hace 35 años una persona que entonces empezaba en Kutxabank. Los datos demuestran que Kutxabank ha empeorado las condiciones de su plantilla año tras año, pese a las lecciones de su presidente al sector privado, acentuando la brecha generacional dentro de la entidad.

Arriola también señaló que la retribución es importante para evitar la fuga de talento. Pues bien, esta fuga ronda el 25% del personal con contrato fijo de Kutxabank.

Kutxabank tiene la oportunidad de reducir la brecha generacional cumpliendo lo que predica a los demás. Puede incrementar sustancialmente los salarios de las personas trabajadoras menores de 35 años, ofrecer oportunidades de promoción profesional, favorecer la conciliación... y para ello es imprescindible negociar el convenio en la CAV.

Es hora de que las empresas demuestren un compromiso real para trasladar a la realidad esa justicia social que supuestamente reivindica, no sólo con palabras, sino también con acciones concretas.