En los últimos cinco años 13.000 afiliados y afiliadas de ELA han defendido sus derechos laborales con la caja de resistencia

30/05/2022
La caja de resistencia ha sido estratégica para ELA en los últimos 45 años, ha afimado el secretario general Mitxel Lakuntza en una rueda de prensa ofrecida junto a la tesorera del sindicato Alazne Mantxola. «Porque cuando no hay capacidad para la huelga, sin la caja de resistencia, se firman los convenios que la patronal quiere». Por ello, ELA destina 1 de cada 4 euros de las cuotas de los afiliados y afiliadas a la caja de resistencia. Es decir, la caja recibe el 25% de las aportaciones económicas realizada por los más de 100.000 afiliados y afiliadas del sindicato. 2.096 afiliados y afiliadas activaron la caja de resistencia de ELA en 2021. El sindicato destina una cuarta parte de las cuotas de afiliación a la caja de resistencia.

Para Lakuntza, la caja de resistencia es un instrumento de solidaridad ejemplar y fundamental, ya que los trabajadores y trabajadoras se apoyan mutuamente con sus aportaciones a la caja. Los datos así lo demuestran: en 2021, un total de 2.096 afiliados y afiliadas utilizaron la caja de resistencia para defender sus derechos. Muchos de ellos en luchas como Tubacex, IMQ, Guggenheim o Novaltia, entre otros. Asimismo, y pese a la pandemia, 13.000 personas han utilizado la caja desde 2017.
Además, Mantxola ha destacado que son los propios trabajadores y trabajadoras quienes activan la caja de resistencia, si se cumple la normativa. «Se activa cuando los trabajadores y trabajadoras deciden hacer huelga”. Gracias a ello, el trabajador o trabajadora percibe 1.243 euros mensuales durante la huelga (con el tope del salario habitual de cada beneficiario).
En plena crisis y con la inflación desbocada, la caja de resistencia sigue siendo una herramienta decisiva, asegura el secretario general. «Para hacer frente a la precarización del mundo laboral, al encarecimiento de la vida y a las políticas pro-patronales, el sindicato es más necesario que nunca, porque es la manera de compensar el desequilibrio que se produce entre la patronal y la clase trabajadora”.
Por ello, el sindicato necesita contar con una base amplia y comprometida de afiliados y afiliadas. Ya que gracias a su aportación se preserva la autonomía económica y la independencia política del sindicato, y se garantiza el mantenimiento de una caja de resistencia fuerte capaz de hacer frente a la patronal. “Las huelgas no se ganan porque tengas razón», añade Lakuntza. «Se ganan cuando tienes capacidad de aguantar, porque los buenos acuerdos se alcanzan cuando hay lucha sindical». Ejemplo de ello son los 300 acuerdos anuales que consigue ELA.
Los datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) reflejan dicha capacidad: hasta febrero se acumularon en la CAPV 18.469 días sin trabajar por huelgas; en el resto del Estado (dato únicamente de enero) fueron solo 9.587. Y eso se traduce en mejores incrementos salariales: en la CAPV, los convenios vigentes tienen un aumento medio de 4,92 puntos; y en el resto del Estado, de solo 2,40. «Porque la caja de resistencia garantiza una alternativa gracias a las más de 100.000 personas afiliadas”.