Mundo insostenible

16/09/2002
Fracaso de la Cumbre de la Tierra de Johannesburgo al firmarse un Plan de Acción sin compromisos concretos
La Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible –CMDS, también llamada Cumbre de la Tierra– que durante 10 días tuvo lugar en Johannesburgo fue clausurada el pasado 4 de septiembre con la firma de un mal llamado ‘Plan de Acción’ sin compromisos concretos para combatir la pobreza y frenar el deterioro del medio ambiente. ‘Fracaso’, ‘descalabro’ o ‘decepción’ son algunos de los sustantivos más utilizados por sindicalistas, ecologistas y miembros de grupos alternativos asistentes a una Cumbre cuyos resultados han quedado muy lejos de las expectativas lanzadas. Iñigo Sagarna, miembro de ELA presente en la Cumbre dentro del llamado grupo sindical, considera que una de la primeras conclusiones que cabe hacerse de la misma es la falta de compromisos concretos y la nula importancia dada a la dimensión social y mediambiental del desarrollo.”Se han limitado al mínimo las referencias a las normas de trabajo y al papel de la OIT: el compromiso de la cumbre de promover la implementación de los convenios fundamentales sobre los derechos de los trabajadores sigue siendo demasiado general y vago; sin embargo, se ve el comercio como motor principal del desarrollo, idea ésta que impregna toda la agenda del plan de implementación de la CMDS”. Sin compromisos Según Iñigo Sagarna, “los gobiernos representados en la CMDS aparentemente todavía creen en el ‘efecto del goteo’ del librecambio y del crecimiento, sin darle importancia a la pregunta de si los beneficios del crecimiento y del comercio se distribuyen de manera justa. Y mientras que la CMDS en diversas ocasiones insiste en la necesidad de obedecer las reglas de la OMC, no existe preocupación similar respecto de los convenios de la OIT”. El fin que perseguía la ONU, organizadora del evento, era poner objetivos concretos y establecer plazos para su cumplimiento, pero a pesar de los numerosos discursos y declaraciones de buenas intenciones, los jefes de estado de los más de 190 países del mundo que asistieron a la fase final de las negociaciones no llegaron a ningún acuerdo de cómo integrar la dimensión social en la economía, de cómo salvar el medio ambiente, de cómo, en definitiva caminar, hacia un desarrollo más sostenible. Entre los escasos acuerdos destacados existe el ¿compromiso? de reducir a la mitad los millones de personas que ahora carecen en el mundo de agua potable y saneamiento, aunque no existen las mismas garantías para dar servicios de energía adecuados a los 2.000 millones de personas que carecen de ella. Los 143 países en desarrollo no han obtenido más que una mera ratificación de los compromisos ya dados anteriormente por EEUU y la UE para frenar la caía de la ayuda al Desarrollo del tercer Mundo y reducir las subvenciones agrícolas en los tres próximos años. Movimiento antiglobalización dividido Ni siquiera el movimiento antiglobalización neoliberal ha conseguido estar a la altura en una Cumbre de la Tierra decepcionante en todos los sentidos. Tal como explica Iñigo Sagarna, “la Cumbre Alternativa no ha tenido ni el eco ni la importancia que se esperaba entre otras razones por la decisión de la organización -la ONU- de atomizar, de disgregar los actos en una ciudad tan inmensa como Johannesburgo”. Todo ello, sumado a la impresionante presencia policial y del ejército han hecho que los movimientos antiglobalización neoliberal hayan parecido inexistentes en los medios de comunicación, “a pesar de que miles de manifestantes exigieron en las calles de Johannesburgo durante las dos semanas que ha durado la llamada Cumbre de la Tierra la erradicación de la pobreza”. El papel de EEUU La postura de EEUU, el amo del mundo en estos momentos, no ha ayudado precisamente al éxito de la Cumbre. En opinión de los grupos alternativos, “Bush es un mentiroso y un hipócrita: un mentiroso cuando dice que toma en serio el problema del cambio climático y hunde el protocolo de Kioto, cuando dice que ayuda a los países en desarrollo y a su producción agrícola, cuando EEUU acaba de incrementar los subsidios para los productos de su país, un hipócrita cuando impone condiciones de buen gobierno para la ayuda al desarrollo que, en realidad, son un chantaje”. No es extraño que Colin Powell, secretario de estado americano, tuviera que interrumplir varias veces su discurso en el plenario de la Cumbre por los abucheos de numerosas ONGs. Una nueva oportunidad perdida.