Reyno de Chatarra Arena. Plan 2012 en Nafarroa

20/02/2014
ELA denuncia que nadie (ni los firmantes ni quienes apoyaron este plan) han rendido cuentas sobre las consecuencias que ha tenido este plan ruinoso para Navarra. No se sabe cuánto dinero público se ha malgastado en realidad (pero no tiene nada que ver con el previsto), tampoco se dice nada sobre la utilidad de estas obras (el Circuito de los Arcos, el TAV, Guendulain...).

La ideología de las personas y partidos políticos se demuestra con los hechos y no tanto con las palabras. Y ejemplo de ello es la política de despilfarro opaca y clientelista que se ha hecho en Navarra. Al mismo tiempo que se han producido estos fenómenos muy relacionados con la corrupción, se han recortado en todas las materias básicas como sanidad, educación, servicios sociales, prestaciones...

La lista de obras y actuaciones ruinosas que han llevado a Navarra a la quiebra es escalofriante, casi todas englobadas el “Plan Navarra 2012”. Un plan hecho por y para el régimen, muestra del círculo de poder que gobierna Navarra.

El Plan Navarra 2012 fue diseñado y firmado por UPN y PSN en abril de 2008, y más tarde se sumaron y dieron su apoyo la CEN, UGT y CCOO. Es un plan que lo único que preveía era hacer obras públicas por un gasto de 4.508,9 millones de euros.

ELA desde el principio valoró muy negativamente este Plan y esta forma de hacer política, ya que tan sólo suponía un ejercicio de propaganda de UPN y PSN, muy caro e inútil para Navarra. Con los años se ha visto que todas estas obras faraónicas solo han servido para empeorar la situación y gastar dinero público de forma poco transparente, con un alto coste social, económico y medioambiental. Y también para el enriquecimiento de unos cuantos.

Dentro de las actuaciones que impulsó este despropósito, se encuentran las siguientes:

- Museo de los Sanfermines: Con un coste de previsto de 24 millones, se malgastaron 6,37 millones de euros (según Comptos) por una obra que no se ha hecho.

- Circuito de Los Arcos: Se preveía un coste de 32,5 millones de euros, pero Comptos cifra su coste en 52 millones de euros por un circuito que genera pérdidas de 3 millones anuales y ha tenido que ser arrendado al sector privado.

- Plan de Guendulain: El Plan preveía gastar más de 259 millones de euros en la construcción de 15.000 viviendas protegidas.

- El Canal de Navarra: Se cifró en 505,7 millones la construcción de todo el Canal y de sus riegos. El último tramo adjudicado cuesta 147,5 millones, pero su financiación con el peaje en la sombra supondrá un gasto desorbitado (592 millones) a pagar en 30 años.

- La Ciudad Agroalimentaria: Este polígono industrial de Tudela pensado para la instalación de la industria agroalimentaria es claro ejemplo de la falta de política industrial en la Ribera y en toda Navarra. Con un presupuesto inicial de 79,6 millones de euros, no ha conseguido afincar ninguna industria y año tras año sigue acumulando deuda.

- Autovía del Pirineo y la conexión de la Autovía del Camino: Otras dos obras que no se sabe cuánto costarán porque se pagan mediante el peaje en la sombra.

- Tren de Alta Velocidad y el plan de la Comarca de Pamplona: El coste del TAV en Navarra se cifra en torno a los 4.000 millones de euros, y junto a esto también se quiso hacer el plan urbanístico de Etxabakoitz, que preveía una nueva estación de tren y 8.130 viviendas, con un presupuesto de 130,1 millones.

- Ciudad Aeroportuaria de Noáin: Otro proyecto de 37,3 millones de euros que pretendía la construcción de un entorno urbano vinculado al aeropuerto.

- El Pabellón Navarra Arena: Con un presupuesto inicial de 60 millones de euros, sigue sin tener licencia de apertura y no tiene asignado ningún uso. Esta obra la realizó la UTE entre FCC y Obenasa, subcontratando el trabajo a otras empresas. Los trabajadores que hicieron esta obra estuvieron trabajando por debajo de las condiciones que marca el Convenio de la Construcción.

En estos momentos, las constructoras ya han entregado la obra, pero no está adscrita a ningún departamento del Gobierno ni tiene licencia de apertura ni de actividad. Ya han empezado a correr los tres años de garantía para reclamar desperfectos, que seguramente serán millonarios, a tenor de las gigantescas dimensiones de la obra y de su complejidad técnica. Para evitar este peligro, el Gobierno ha intentado enviar trabajadores públicos para realizar el mantenimiento, pero el sindicato ELA ha conseguido, por el momento, paralizar ese traslado, porque se incumple la normativa de prevención de riesgos laborales.

Lo cierto es que el Gobierno de Navarra no encuentra a nadie que quiera hacerse cargo de la gestión del Reyno de Navarra Arena, pues su déficit sería enorme, y tampoco tiene recursos propios para explotarlo directamente, lo que engrosaría aún más la deuda pública. Solo en gastos de mantenimiento y vigilancia, cuesta 300.000 euros anuales (teniéndolo cerrado), según datos oficiales. Aún queda pendiente un gasto de 6 millones de euros para habilitar la nueva sede de las federaciones deportivas y, lo más grave, faltan 1,5 millones para equipamiento básico. Pero el Gobierno de Barcina pretende salvar este despilfarro con el ridículo argumento de que el frontón tiene 40 plazas más que el de Bilbao: tenemos el frontón cerrado más grande del mundo.

Conclusiones:

  • Falta de transparencia. Nadie (ni los firmantes ni quienes apoyaron este plan) han rendido cuentas sobre las consecuencias que ha tenido este plan ruinoso para Navarra. No se sabe cuánto dinero público se ha malgastado en realidad (pero no tiene nada que ver con el previsto), tampoco se dice nada sobre la utilidad de estas obras (el Circuito de los Arcos, el TAV, Guendulain...), no se sabe cuánto cuesta mantenerlas, muchas están terminadas y sin ningún uso por falta de dinero para ponerlas en marcha (el Pabellón Navarra Arena, edificio de Urgencias del Hospital de Navarra, el Centro multifuncional de Lekarotz...).

  • Se demuestra que el discurso del Gobierno que justifica los recortes es mentira. Dinero hay, pero para estas cosas. De los 4.508,9 millones de euros que recogía este plan son 854,7 millones de euros más que los que recogía el proyecto de presupuesto de Navarra de 2014, es más de 5 veces el presupuesto del Departamento de Salud, 8 veces el presupuesto de Educación, 16,7 veces el gasto en políticas sociales, 144,5 veces el gasto total de prestaciones por desempleo de todo un año...

  • ELA exige al Gobierno de Navarra y a su Presidenta Yolanda Barcina, que en este caso también, asuman las responsabilidades políticas. Es evidente que este tipo de políticas y actuaciones son las que nos han llevado a la situación de alarma social que vivimos en Navarra. Por tanto, quienes las hacen y las apoyan son responsables de las mismas.