RESIDENCIAS
Servicio público, negocio de buitres

ELA es el primer sindicato en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra en el sector de las residencias de mayores y, excepto en Navarra, tiene mayoría absoluta en todos los territorios. Con el objetivo de conseguir publificación del sector, el sindicato está inmerso en la lucha por las condiciones laborales de los trabajadores y las trabajadoras.
El movimiento feminista de Euskal Herria ha convocado una huelga general el próximo 30 de noviembre para garantizar un sistema de cuidados público, universal, gratuito y de calidad. Hoy en día el cuidado es una de las principales necesidades de la sociedad. Sin embargo, las instituciones de Hego Euskal Herria no garantizan el derecho a la cubrición de las diferentes situaciones de dependencia. Así lo atestiguan las residencias de mayores. ELA tiene un plan: que este sector privatizado sea público, garantizando siempre el empleo de los trabajadores y las trabajadoras que sufren privatización. Para lograr ese objetivo, el sindicato convocó tres jornadas de huelga en Hego Euskal Herria tras la pandemia: el 17 de noviembre de 2020, el 26 de enero de 2021 y el 4 de marzo de 2021.
Acuerdo en Bizkaia
Mientras tanto, y sin olvidar el objetivo principal, que es la publificación del sector, ELA está luchando por mejorar las condiciones laborales en los convenios y conseguir equiparaciones. Una lucha en la que ELA logró una importante victoria el pasado 23 de mayo. El sindicato, que representa al 64% del sector, firmó un acuerdo con las patronales para renovar el convenio de residencias de mayores de Bizkaia. El acuerdo puso fin a un conflicto laboral que ha durado casi dos años y 68 días de huelga. El acuerdo recoge una subida salarial del IPC+4, que se extiende al menos entre 2021 y 2025, y se aplicará, en todas las residencias de mayores de Bizkaia. Al finalizar este periodo, los salarios habrán experimentado un incremento del 23,22%, lo que dará continuidad a lo conseguido en la anterior huelga: lo que hace que el incremento salarial acumulado desde 2015 sea superior al 36%.
Del convenio estatal al convenio provincial en Araba y Navarra
En Bizkaia el acuerdo está blindado hasta 2025, pero la lucha continúa en el resto de los territorios. En Araba y Navarra a los trabajadores y trabajadoras se les aplica el convenio estatal. Esto supone un salario de 1.160 euros al mes y una jornada anual de 1.792 horas. La diferencia con respecto a los 1.800 euros de Bizkaia y las 35 horas semanales de jornada es notable. En Araba y Navarra los objetivos son los mismos: alcanzar el primer convenio provincial, una jornada de 35 horas semanales y un salario mínimo de 1.400 euros. Para lograr estos objetivos, por ejemplo, en Araba hubo huelga los días 29 y 30 de junio.
La Diputación de Gipuzkoa apoya el empeoramiento de las condiciones laborales
En Gipuzkoa la pandemia golpeó de manera muy importante la potente dinámica de huelga de ELA. En julio de 2022, tras dejar atrás la pandemia y volver a poner en marcha la dinámica de huelga, las patronales Adegi, Lares y Gara, bajo la tutela de la Diputación Foral de Gipuzkoa, acordaron un convenio con UGT, sindicato que cuenta con el 8% de la representación. La Diputación Foral ensalzó y apoyó el convenio, sabiendo que ese convenio no garantizaba el poder adquisitivo de los trabajadores y las trabajadoras durante su vigencia. La firma del convenio en minoría, además de antidemocrática, genera una tremenda inseguridad jurídica a los trabajadores y trabajadoras.
La Diputación de Gipuzkoa está desmantelando el sector y sigue precarizando las condiciones laborales. Más del 45% de los trabajadores y trabajadoras de las residencias de Gipuzkoa tiene contratos parciales. En los últimos años este dato va en aumento. Esto tiene una serie de consecuencias, entre ellas estar por debajo de los sueldos pactados en el convenio y tener trabajadores y trabajadoras en situación más vulnerable ante la empresa.
EL NEGOCIO DE LAS RESIDENCIAS DE BIZKAIA
Julia Martí Comas y Flora Pozzobon Rodrigues han publicado junto a AMAR ANTAS, colectivo feminista y antiracista, y OMAL (Observatorio de Multinacionales en América Latina) una publicación llamada ‘El negocio de las residencias en Bizkaia. Fondos buitres al acecho’, donde se analiza el proceso por el que las residencias de ancianos y ancianas se han convertido en un lucrativo negocio para el capital privado. ELA ha colaborado en este trabajo, donde también se analizan las diferentes luchas y victorias de las trabajadoras de las residencias en Bizkaia.
El libro analiza el caso de Bizkaia, pero la situación es parecida en el resto de territorios de Euskal Herria. La casuística se repite: unas administraciones públicas que financian con dinero público un servicio público para que luego fondos buitres y empresas de postín hagan negocio con el cuidado de las personas mayores.