Acuerdos con contenidos (Astekaria 145, opinión)
Adolfo Muñoz explica la situación de la negociación de los convenios del metal
Las patronales pretender bloquear la negociación colectiva. La patronal tiene un interés fundamental que no es otro que defender y agrandar, si puede, los niveles de precariedad y discriminación que ha consolidado, para ganar más.
ELA no admite el chantaje que la patronal nos plantea: que cerremos en sectores acuerdos con simples actualizaciones salariales y, en su caso, una pequeña reducción de jornada, para, a partir de ahí, que los firmantes digan que son muy buenos acuerdos y orientar de esa manera el comportamiento de la negociación colectiva de todas las empresas. Ya hemos tenido tiempo suficiente para evaluar los resultados de ese modelo de negociación. Hay margen para reivindicar. La distribución de la riqueza en los últimos años ha beneficiado sobremanera a los beneficios empresariales en perjuicio de los salarios. Éste y no otro es el problema al que la negociación colectiva debe responder. Para ELA, la precariedad y la discriminación son las materias sobre las que la patronal ha consolidado su posición de privilegio. Por eso, la negociación colectiva que queremos debe incorporar respuestas a esos problemas, siendo responsabilidad del sindicato orientarla de verdad hacia esas materias. Si no lo conseguimos, seguiremos perdiendo posiciones en beneficio de la patronal.
Si damos importancia a los contenidos no vale que el objetivo de acudir a las mesas de negociación sea el de "firmar los convenios". Se apela a una falsa solidaridad cuando se defiende como única alternativa la defensa en exclusiva de un ámbito de negociación. Una falsa solidaridad que les evita juzgar lo que está pasando en el mundo del trabajo.
Lo sucedido durante este año demuestra que la patronal se niega a negociar refugiándose de manera cómoda en los ámbitos que controla. La foto de los sectoriales de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba sin cerrar acuerdos en el mes de octubre nos dice varias cosas: la comodidad de la patronal; el interés en imponer vigencias mínimas de tres años; el interés patronal en que, si hay acuerdo, éstos recojan exclusivamente una simple actualización salarial y, en el mejor de los casos una reducción simbólica de jornada; y, la negativa radical de las patronales a incorporar contenido alguno sobre precariedad, discriminación y subcontratas.
LA ALTERNATIVA, IR A LA EMPRESAELA defiende la existencia de los convenios sectoriales. Pero, hemos tomado la decisión de no quedarnos quietos, esperando a que la patronal se convierta en alma caritativa, entre otras cosas, porque no lo va a hacer. Apelar a la defensa del convenio sectorial (como paraguas o txapela) puede sonar muy bien en determinados ámbitos, pero quedarse en el simple deseo, retrasando "sine die" las alternativas existentes al bloqueo patronal, termina por convertir el discurso de la defensa del convenio en algo vacío. Y eso es así aunque se busquen chivos expiatorios. Eso ya no sirve.
A CC.OO hay que reconocerle que habla claro; su objetivo es muy sencillo. En el Metal como en el resto de sitios ellos van a lo fácil. Han decidido que van a estar en la que haya, en lo que la patronal ofrezca, asumiendo un papel de "responsable intermediario". Por eso, en sus hojas dicen que "Hay que firmar los convenios". Los contenidos le traen sin cuidado. Si la patronal exige vigencias de cuatro años, ellos se encargan de "relativizar" esa cuestión; todo con tal de encontrarse con aquéllo que esté dispuesta a ofrecer la patronal. Y si eso es así, ¿qué pasa para que no firmen? Pasa que la patronal en el Metal ya no les facilita los acuerdos de eficacia limitada. Precisamente por eso, sus críticas, demagógicas y llenas de mala intención, van dirigidas a quienes creen que pueden darle a la patronal los acuerdos de eficacia general.
Hablamos del Metal. Dicho todo eso y a la vista del control sobre sus contenidos (con acuerdo o sin acuerdo) que ejerce la patronal, es hora ya de hablar claro: No es compatible, al menos para ELA, decir que se firman buenos convenios y, a la vez, denunciar la extensión de la precariedad, la discriminación y de las subcontratas, o, dicho de otra manera, tenemos la obligación de poner la negociación colectiva al servicio de esas realidades, y eso exige que hablemos de contenidos.
En ese contexto, la negociación colectiva en el ámbito de las empresas es la alternativa. Los contenidos de los sectores vienen determinados desde la debilidad sindical de quienes tienen como único objetivo "la firma de los convenios" y de quienes, como la patronal, saca provecho de ello. Es una alternativa que tenemos que trabajar cada vez mejor, que necesita en primer lugar de compromiso militante, que no cabe duda es difícil, mucho más difícil que bendecir las tremendas desigualdades que padecemos. En ese sentido, sólo el sindicalismo que está en la empresa, con perspectiva de clase y con capacidad de condicionar, puede elegir el ámbito en el que quiere negociar. Ante el reto que tiene contraído el conjunto del movimiento sindical, no es una solución trasladar debilidades a ámbitos territoriales más grandes. La debilidad más determinante del movimiento sindical estriba en la negativa de las propias organizaciones sindicales a, mirándose para dentro, encontrar las potencialidades que existen para el trabajo sindical y trabajarlas.
Si no trabajamos con rigor en ese sentido, la patronal nos impondrá los ámbitos e, imponiéndonos los ámbitos, también los contenidos.
ELA-METALA considera que este análisis que hacemos debe ser tenido en cuenta a la hora de analizar los próximos movimientos que se puedan plantear. ELA constata que, desgraciadamente, existe un diagnóstico sobre la situación que atraviesa la negociación colectiva que es diferente al que hacen otras organizaciones.
ADOLFO MUÑOZ SANZ "Txiki",
Secretario generalde ELA-Metal