Askatasun sexualen bidean sindikalismoa bidelagun
Este año desde el sindicato ELA salimos de nuevo del armario, haciendo público y visible nuestro compromiso con las reivindicaciones y las luchas de las personas y del colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Somos muy conscientes que a lo largo de los más de cien años de historia de este sindicato, muchas personas tanto dentro como fuera del sindicato han tenido que romper muchos moldes, tabúes y prejuicios en lo que respecta a su opción sexual, su identidad de género o simplemente, por salirse de la línea que el destino hetero-normativo y una organización social patriarcal les tenía marcado.
Historias de vida, realidades y luchas que muy a menudo, se colocan en un lugar secundario, impidiendo de esta manera, que la bandera multicolor se encadene y se complemente con el resto de las luchas de primer orden de agenda.
Sabemos que para que nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y/o nuestra afectividad pueda ser expresada y vivida de manera libre, la cita del 28J tiene que trascender el día a día.
Y desde el día a día del mundo laboral reconocemos que no son pocas las dificultades para ejercer nuestros derechos laborales y sociales, y con ello, nuestros derechos y libertades sexuales. El mercado laboral es otro ámbito de disciplina y ordenamiento del sistema que le dice a cada cual donde tiene que estar. Por lo tanto, el orden sexual establecido- el heteropatriarcado- convive de manera simbiótica con la dictadura del capital imperante en nuestros días.
De esta manera, aunque en teoría contamos con instrumentos formales y la discriminación laboral por opción sexual y/o por identidad de género está legalmente prohibida, en la práctica la lesbofobia, la homofobia, la bifobia y/la transpatologización son el pan nuestro de cada día. A veces de manera manifiesta pero con frecuencia, de manera invisible.
Trabajadoras y trabajadores, con o sin remuneración, cada día vemos más limitados nuestros derechos básicos en esta época dorada del precariado. Y en este perído ultraliberal, no solo en lo económico, se vuelve a poner de moda el blanco y negro, la moral y las viejas costumbres atacando de manera feroz a todas aquellas personas y colectivos que se salen de la norma y que están en los márgenes.
Por todo ello, rescatamos y recogemos el ejemplo y el testigo de todas las personas que desafían a ese orden y abren campo a la DIVERSIDAD- en mayúsculas-. Una diversidad sexual, una opción política como cualquier otra que nos puede hacer ver la vida y las relaciones humanas diferentes.
En este camino, el sindicalismo también se une y se nutre de esta lucha imprescindible en un momento histórico en donde la pérdida de derechos básicos afecta a la mayoría de la población, y en especial, a todas aquellas personas y colectivos invisibilizados y apartados de la historia oficial.
¡Basta de prejuicios y discriminaciones!
Gora lesbiana, gay, bisexual eta transexualen borroka!