Askatasun sexualen bidean sindikalismoa bidelagun

27/06/2013
Disfuncionales, anormales, raras, invertidas, torcidos, patológicos... La lista es interminable. Supongo que esta primera línea advierte de alguna manera las líneas que le prosiguen.

Este año desde el sindicato ELA salimos de nuevo del armario, haciendo público y visible nuestro compromiso con las reivindicaciones y las luchas de las personas y del colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.

Somos muy conscientes que a lo largo de los más de cien años de historia de este sindicato, muchas personas tanto dentro como fuera del sindicato han tenido que romper muchos moldes, tabúes y prejuicios en lo que respecta a su opción sexual, su identidad de género o simplemente, por salirse de la línea que el destino hetero-normativo y una organización social patriarcal les tenía marcado. 

Historias de vida, realidades y luchas que muy a menudo, se colocan en un lugar secundario, impidiendo de esta manera, que la bandera multicolor se encadene y se complemente con el resto de las luchas de primer orden de agenda.

Sabemos que para que nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y/o nuestra afectividad pueda ser expresada y vivida de manera libre, la cita del 28J tiene que trascender el día a día.

Y desde el día a día del mundo laboral reconocemos que no son pocas las dificultades para ejercer nuestros derechos laborales y sociales, y con ello, nuestros derechos y libertades sexuales. El mercado laboral es otro ámbito de disciplina y ordenamiento del sistema que le dice a cada cual donde tiene que estar. Por lo tanto, el orden sexual establecido- el heteropatriarcado- convive de manera simbiótica con la dictadura del capital imperante en nuestros días.

De esta manera, aunque en teoría contamos con instrumentos formales y la discriminación laboral por opción sexual y/o por identidad de género está legalmente prohibida, en la práctica la lesbofobia, la homofobia, la bifobia y/la transpatologización son el pan nuestro de cada día. A veces de manera manifiesta pero con frecuencia, de manera invisible.

Trabajadoras y trabajadores, con o sin remuneración, cada día vemos más limitados nuestros derechos básicos en esta época dorada del precariado. Y en este perído ultraliberal, no solo en lo económico, se vuelve a poner de moda el blanco y negro, la moral y las viejas costumbres atacando de manera feroz a todas aquellas personas y colectivos que se salen de la norma y que están en los márgenes.

Por todo ello, rescatamos y recogemos el ejemplo y el testigo de todas las personas que desafían a ese orden y abren campo a la DIVERSIDAD- en mayúsculas-. Una diversidad sexual, una opción política como cualquier otra que nos puede hacer ver la vida y las relaciones humanas diferentes.

En este camino, el sindicalismo también se une y se nutre de esta lucha imprescindible en un momento histórico en donde la pérdida de derechos básicos afecta a la mayoría de la población, y en especial, a todas aquellas personas y colectivos invisibilizados y apartados de la historia oficial.

¡Basta de prejuicios y discriminaciones!

Gora lesbiana, gay, bisexual eta transexualen borroka!