Bienvenido, BERRIA
Cuando este Astekaria llegue a sus lectores Berria estará en la calle. Será una de las mejores noticias de los últimos años, tan excelente como terrible fue la del brutal cierre de Egunkaria.
Se insiste, con justicia, en que Egunkaria se había convertido en imprescindible para la comunidad euskaldun, a la que ha venido aportando cada mañana la ocasión de ser parte de un universo en euskara ("mundu oso bat euskaraz", en expresión de Edorta Jimenez), un universo a cuyo desarrollo y riqueza el trabajo de Egunkaria ha contribuido decisivamente. Berria recoge, por tanto, un gran capital y una no menor responsabilidad.
Pero Berria será no sólo una voz en euskara, sino también una visión y una voz distintas en un panorama comunicativo uniforme. Un panorama presidido por la acelerada concentración de los medios en manos de grandes grupos económicos que pelean por pegarle el mayor bocado al pastel de un negocio que tiene ya mucho más de entretenimiento que de información. Un panorama uniforme, de voces intercambiables, que moldea una sociedad de consumidores, acrítica y sumisa.
Denuncia Ramonet que hoy los medios se repiten, se imitan, se copian, se contestan y se mezclan hasta el punto de no constituir más que un único sistema de información.
Por ello, la irrupción de un medio autónomo de los grandes grupos, de fuerte impulso y participación popular, es una aportación valiosísima al pluralismo real y a la consolidación de un sistema de información alternativo. Como lo fue en su día la irrupción de Gara tras el desmantelamiento de Egin por los mismos que han cerrado Egunkaria. Son pequeñas pero imprescindibles victorias de la biodiversidad frente a la sofocante uniformidad transgénica que se impone en el mundo de la comunicación.
Ongi etorri, Berria. Eta eskerrik zintzoena hilabete hauetan Eguneroren bidez euskarazko egunkariaren garra pizturik mantendu duzuenoi.
G.K.