El Servicio de Ayuda a Domicilio de Donostia, en declive
Eneko Goia ha utilizado estos datos para dar a entender que el Ayuntamiento dedica mucho dinero a lo que denomina “gasto social”. Pero si se analizan en profundidad, la realidad que muestran es muy diferente.
En primer lugar, el SAD de Donostia es un servicio público privatizado (sus trabajadoras acuden a los domicilios para atender a personas en situación de vulnerabilidad). Esto implica que una empresa privada gestiona el dinero público del ayuntamiento, así como los beneficios derivados de este. El ayuntamiento paga una parte del coste que supone el servicio, y la persona usuaria el resto, en función de sus recursos económicos.
En segundo lugar, los datos indican también que, por lo que parece, en Donostia la gente cada vez tiene menos necesidad de este servicio, en términos de tiempo: entre 2021 y septiembre de 2022 se han empleado casi 28.000 horas menos, a pesar de que en 2021 se atendió a 279 personas más que en 2022. ¿Cómo es posible? Lo que pasa es que la gente contrata menos tiempo, aunque la necesidad real sea mayor. ¿Será consecuencia del alto precio del servicio? El ayuntamiento afirma que no puede rebajar el precio que se aplica a las personas usuarias.
Ante esta situación surge la siguiente duda: ¿Llega el servicio a todas las personas que lo realmente necesitan efectivamente y en la adecuadamente? Si las necesidades son grandes, ¿ha reflexionado el Ayuntamiento por qué las personas usuarias han limitado y reducido el tiempo de servicio solicitado?
Para el sindicato ELA estos datos son preocupantes, ya que reflejan un deterioro del servicio y de las condiciones de trabajo. De hecho, el servicio se sustenta en contratos parciales y ni la empresa, ni el ayuntamiento mantienen el número de horas; trabajadoras que están a un tercio de jornada tienen un futuro muy complicado. Hay que recordar que hace dos años ELA denunció ante Inspección de Trabajo la parcialidad de los contratos en este servicio. La empresa prolongó el proceso sin ningún pudor y el Ayuntamiento miró a otro lado.
En cuanto a los salarios, a Goia se le ha olvidado precisar que el anunciado incremento del 15% no está ligado al IPC. Esto supone para las trabajadoras pérdida de poder adquisitivo y, por tanto, su empobrecimiento. En consecuencia, esta subida no mejorará las condiciones laborales; lo que significa que el Ayuntamiento se queda quieto ante la precariedad y la pobreza.
Por último, hay que recordar que ELA se reunió el año pasado con representantes municipales para abordar el estudio de la Fundación Matía sobre la soledad en Donostia. Este estudio muestra que la gente mayor, sobre todo mujeres, sufren una gran soledad, y para hacer frente a esa realidad el sindicato propuso que las profesionales del SAD acompañasen a estas personas. Además, dado que la media de edad de las trabajadoras es de 56 años, el servicio podría ser prestado por aquellas trabajadoras que ya no pueden de afrontar las labores más duras, que en muchas ocasiones suelen tener que encadenar bajas por la dureza de la tarea. El ayuntamiento respondió que no había dinero para eso. No hay dinero para los cuidados.
ELA asiste día a día a situaciones sociales muy graves. Sin embargo, el ámbito de los cuidados sigue privatizado. Por ello, es necesario traer al centro la necesidad de unos cuidados dignos; este sindicato emplaza al Ayuntamiento de Donostia a que adopte medidas eficaces. Necesitamos más que nunca un sistema de cuidados público, universal y gratuito. Porque lo necesitamos y porque nos corresponde.