Emakumeenganako indarkeria eta prekarietatearen aurka, denok aurrera!
Las mujeres en todas las partes del mundo seguimos sufriendo discriminación y desigualdad. Este 8 de Marzo de 2006, ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE y ELB queremos denunciar la situación de violencia y precariedad que sufren las mujeres en Euskal Herria. A pesar de la igualdad formal que postulan las leyes, como la recientemente promulgada por el Gobierno Vasco, el proyecto de Plan de Igualdad del Gobierno de Navarra o las medidas del Estado Francés, en la realidad social, política y laboral de nuestro país sigue habiendo enormes injusticias, desigualdades y discriminaciones que las mujeres sufrimos tanto individual como colectivamente.
Labores esenciales pero invisibles para la sociedad
Nos hablan de conciliación de la vida laboral y personal, hecho que hoy en día sigue siendo una utopía. La inmensa mayoría de los cuidados a las personas en situación de dependencia se realizan fuera del ámbito profesional o institucional. Siguen siendo las familias, y dentro de estas las mujeres, las encargadas de cuidar. No se está cuestionando la obligatoriedad para ellas.
Actividades desarrolladas por las mujeres baserritarras han sido ilegalizadas y usurpadas durante años: el mantenimiento y el cuidado de las semillas. La privatización de la vida y los recursos naturales siguen adelante en silencio y con el visto bueno de las administraciones. El trabajo fundamental que realizan sigue en la invisibilidad sin un reconocimiento social ni laboral.
Eventualidad en el empleo, inestabilidad, discriminación salarial, feminización de muchos trabajos, economía sumergida y subcontratación. Son las principales características que retratan la precariedad laboral que sufren las mujeres. Tampoco podemos olvidar la invisibilidad y clandestinidad en la que se encuentran la mayoría de las mujeres inmigrantes, cuya situación es todavía más inestable y difícil.
La violencia, expresión más extrema de la desigualdad
Todos los años, decenas de mujeres pierden la vida a causa de la violencia contra las mujeres. En Euskal Herria, en el año 2005 fallecieron 10 mujeres y otras muchas sufrieron malos tratos hasta la extenuación. Esta violencia se alimenta del poder patriarcal que domina la sociedad y de las distintas y variadas formas de discriminación que se fomentan de ese poder.
Las instituciones no combaten las desigualdades y discriminaciones laborales, ni fomentan suficientemente una educación social que acabe con los roles desiguales e inferiores que se atribuyen a las mujeres.
Combatir ambas realidades, violencia contra las mujeres y precariedad, son objetivos y tareas que ponemos en primer término este 8 de Marzo. Hagámoslo realidad poco a poco, denunciando este día y el resto de los de los días del año, la violencia, la desigualdad y las discriminaciones.
ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE y ELB