Euskaldunizar el mundo del trabajo

17/09/2006

Las empresas constituyen uno de los ámbitos en los que la presencia y uso del euskara es menor. En los últimos años se han dado pasos muy importantes en la euskaldunización del sistema educativo, pero cuando el chico o chica abandona la escuela y se integra en el mundo del trabajo, se encuentra la mayoría de las veces en un universo erdaldun, incluso aunque muchos de sus integrantes sean euskaldunes. Y es que para un entorno de trabajo euskaldun no es suficiente con que sus miembros sean euskaldunes; la normalización exige condiciones adecuadas para que las relaciones, internas y externas, se desarrollen en euskara; en definitiva, que el euskara sea idioma de trabajo, relación y servicio.

Hoy son todavía contadas las empresas que han previsto la normalización efectiva del euskara, aunque sean bastantes las que han previsto cláusulas (la mayoría de las veces poco eficaces) relacionadas con el euskara. Un dato: en la CAPV no pasan de 120 las empresas que han conseguido la subvención de la Viceconsejería de Política Lingüística (VPL) para los planes de normalización.

Responsabilidad compartida

Es una materia que requiere compromisos múltiples. En primer lugar, de las administraciones que en años han primado otros ámbitos, pero no han atendido el del mundo del trabajo. Luego está la patronal, que, salvo excepciones, ha pasado de las iniciativas en pro del euskara. Y es que la mayoría de los empresarios no perciben que dar un producto o un servicio en euskara sea un valor añadido, un plus de calidad. Los sindicatos tenemos, también, nuestra cuota de responsabilidad. Por lo que, como ELA, nos afecta, pensamos que la euskaldunización debía empezar por casa y, en 2004, aprobamos la normativa interna sobre el uso del euskara y el plan de normalización, del que estamos ya en la tercera edición. A medio plazo, nos proponemos que el euskara sea idioma de trabajo y servicio, también en la relación con cuadros y afiliados.

De cara a las empresas esta materia ha sido objeto de trabajo conjunto con LAB. Desarrollamos la campaña Lan munduaren ordua da (es hora del mundo del trabajo), e incorporamos esta materia a los acuerdos confederales de negociación colectiva de 2003 y 2004.

Trabajamos en la sensibilización de delegados/as y afiliados/as, que en muchos casos no sienten este problema o queda muy en segundo plano. Hemos procurado impulsar planes de normalización en las empresas en las que contamos con representación, aunque con resultados muy modestos. Colaboramos con Kontseilua, como firmantes del Acuerdo Sociopolítico.

Un paso importante

La VPL acaba de firmar con Confebask y sus territoriales un acuerdo para impulsar el euskara en las empresas. Un acuerdo similar con los sindicatos se concluirá, probablemente, en breve. Valoramos positivamente que la Administración se implique, algo que pedíamos hace tiempo, así como la firma de la patronal, cuya eficacia dependerá del compromiso de las gerencias en los planes de empresa.

En cualquier caso, pensamos que estos acuerdos deben integrarse en un plan más integral, que contemple el euskara como una materia trasversal, y asuma medidas ambiciosas. Un paso necesario es que la propia Administración empiece a garantizar el derecho de la ciudadanía a que el servicio público le sea prestado en euskara.

Por lo que afecta al sector privado, debe verse en la prestación de productos o servicios en euskara una ventaja en clave competitiva. Porrotra parte, la implicación de la Administración no debe reducirse a la de la VPL. Trabajo e Industria tienen, también, mucho que decir, por ejemplo, teniendo en cuenta el euskara en la política de ayudas y subvenciones a las empresas.

Es necesario, por otra parte, que se garanticen los derechos lingüísticos que recoge el Estatuto de los consumidores y usuarios. No es ocioso recordar que el Acuerdo quedará en papel mojado si no se habilitan los medios necesarios para llevarlo a la práctica.

Consenso político y social

Por último, la normalización del euskara requiere un amplio consenso político y social. En este orden de cosas, se echa en falta la colaboración entre el Gobierno vasco, representado por la VPL y el conjunto de agentes que trabajan por el euskara, encuadrados actualmente en Kontseilua. Hay que romper la actual incomunicación y establecer una dinámica de colaboración, desde la legitimidad y la responsabilidad de cada cual. Porque en la euskaldunización del mundo del trabajo, como en otros ámbitos, las estrategia y planes de los distintos agentes deben ir en un único sentido y generar dinámicas complementarias, y no contradictorias o paralelas.

ELA, por su parte, ratifica su compromiso con la normalización del euskara en el mundo del trabajo y asume la responsabilidad singular que, en tanto que sindicato mayoritario, le compete. El compromiso es grande, la tarea ambiciosa. Pongámonos manos a la obra.

Leire Txakartegi

Secretaria de Organización y responsable de Euskara