La “Cátedra Confebask”

11/05/2018
Mikel Noval, responsable de Política Social de ELA / Xabi Irastorza, representante de ELA en el Consejo Social de la UPV/EHU
El pasado 3 de mayo el Decanato de la Facultad de Economía y Empresa de la UPV-EHU convocó al personal docente y al alumnado a la “presentación de la Cátedra Confebask para el desarrollo del nuevo modelo de relaciones laborales”. Por otra parte, en el programa de Cursos de Verano de la UPV/EHU se indica que el próximo 17 de julio se dará el curso titulado “Universidad-Empresa: retos y acción de futuro en el marco de la Industria 4.0”, que tiene por objeto ofrecer “una contextualización de los objetivos de la Cátedra Universidad/Empresa constituida por Confebask, la UPV/EHU, la Universidad de Deusto y Mondragon Unibertsitatea”.

En sus documentos, Confebask concreta la creación, en colaboración con la UPV/EHU, la Universidad de Deusto y Mondragon Unibertsitatea, de una cátedra cuyo eje principal sea el desarrollo de su modelo de relaciones laborales, con el fin de contrarrestar la acción de los sindicatos, movimientos sociales y partidos políticos que confrontamos con el modelo antidemocrático y neoliberal vigente.

La confederación empresarial, igual que el propio Gobierno Vasco, ven como una amenaza a las entidades, agentes y movimientos sociales que cuestionan el modelo neoliberal que impone el establishment y los poderes económicos y políticos.

Su meta es liquidar la organización colectiva y establecer una relación individual y directa entre empresa y trabajador o trabajadora. Esto es, bajo el pretexto de el discurso que pretende vender un “nuevo modelo participación y relaciones laborales”, buscan neutralizar y, en la medida de lo posible, quitar de en medio a los sindicatos que pretendemos organizar a la clase trabajadora en torno a sus derechos, intereses y reivindicaciones. El Gobierno Vasco viene defendiendo un modelo similar tanto para las relaciones laborales como para el ámbito social. Su ideal es que entre la ciudadanía y las entidades de gobierno no haya organización, agentes o movimiento sociales que medien u organizacen de alguna manera a la sociedad en función de otros intereses diferentes a los suyos.

Es posible que estas perspectivas y objetivos puedan ser comprensibles en el caso de los empresarios y la patronal, pero nos parecen inaceptables por parte de poderes e instituciones públicas. Y es más grave aún teniendo en cuenta el destrozo que, con la excusa de la crisis, están causando en derechos fundamentales y condiciones de trabajo y vida. Desde 2009 el PIB de Hego Euskal Herria ha crecido un 16,3% (13.747 millones de €), mientras que los salarios han perdido 5,1 puntos en el reparto de la riqueza; la precariedad del empleo se acentúa día a día; el 92% de los contratos que se firman son temporales, un tercio de ellos a tiempo parcial (la mitad, en el caso de las mujeres), la mitad de los contratos nuevos tiene una duración inferior al mes (el 13% de menos de una semana), o el 20% de las personas que cobran la RGI son empleadas, pero que debido a los miserables salarios que perciben se ven obligadas a recurrir a la ayuda...

ELA cree que es muy grave que las universidades vascas secunden a Confebask en sus objetivos, y que ofrezcan una atalaya a una estrategia y un modelo de relaciones laborales que revienta los derechos sociales y condiciones de trabajo, aumenta la precariedad y extiende la pobreza. Y es aún más grave que la UPV/EHU, en cuanto universidad pública, haga suyos estos objetivos. Esta “Cátedra” defiende unos intereses de clase determinados, y la UPV/EHU debería mantenerse al margen de su defensa. Es inaceptable que en el sistema educativo público vasco se ponga al servicio de la difusión de los valores e intereses de la clase empresarial. Es precisamente eso lo que busca la mercantilización de la educación, algo que ELA ha denunciado de manera reiterada. Ese era precisamente uno de los grandes objetivos del “Plan Bolonia”: Poner a la universidad al servicio del mercado y de los intereses de las empresas, adaptando los curriculum, dando entrada de capital privado en la estructuración y financiación de la universidad y condicionando, en consecuencia, los grados, másters, cátedras, investigaciones, becas...

En opinión de ELA, en una sociedad democrática la universidad debe posibilitar y potenciar el pensamiento crítico y velar por que las personas que estudien en ellas no estén a disposición del poder corporativo.

Es llamativo que el mismo día en que ELA denunció la “Cátedra Confebask”, la UPV/EHU desmintiera la existencia de ninguna cátedra con esas carácterísticas, pero que, tanto facultades que la componen o en sus propios cursos de verano, la denominen “Cátedra Universidad-Empresa”, incluso “Cátedra Confebask”. En todo caso, se trata de una terminología ambigua en boca de una universidad, y lleva a engaño si no se trata de una cátedra universitaria. Para ELA es especialmente preocupante que no se haya informado a la sociedad de esa “cátedra” creada entre la UPV/EHU y Confebask, ni en los órganos de la propia universidad, ni en su Consejo Social, ni a través de ningún otro medio. Y que en la nota que difundió la universidad, aparte de afirmar que la “Cátedra Confebask” es una “entidad constituida por una organización empresarial”, no “integrada ni adscrita a la UPV/EHU”, no aporte ningún dato acerca de la “cátedra”.

Ante la trascendencia y gravedad del asunto, exigimos a la UPV/EHU que dé a conocer a los diferentes estamentos que integramos la universidad, a los agentes sociales y al conjunto de la sociedad los detalles de lo acordado con Confebask.