La negociación colectiva, instrumento de avance social
13/09/2002
La negociación colectiva del año 2003 no se explica desde una estricta perspectiva de año, si no que hay que remontarse a lo que viene ocurriendo desde nuestro X Congreso Confederal, celebrado en diciembre del año 2000.
Desde ese congreso hemos vivido dos procesos de negociación colectiva (2001 y 2002), y podemos afirmar que uno de los objetivos que nos propusimos, trabajar en la creación de un nuevo escenario de negociación colectiva, lo estamos cumpliendo.
En esos dos procesos han cambiado muchas cosas. La negociación colectiva ha ganado en referencialidad como instrumento de presión para un avance social, es decir, no sólo el sindicato es en sí mismo un instrumento de presión, sino que los ámbitos en los que tiene presencia también se están convirtiendo en referencias de cambio de las situaciones socio-laborales.
Estamos dando pasos importantes. Hoy resulta difícil explicar los nuevos convenios colectivos desde el IPC raspado y 4 horas de reducción; la militancia de ELA sabe que los convenios se explican desde el análisis del empleo, la precariedad, de las discriminaciones, de los bajos salarios, de otras referencias de reducción de jornada, de una utilización racional, pero real y seria, de la movilización.
Hacia un nuevo escenario
Este cambio de perspectiva de la función de la negociación colectiva (de ser un instrumento de contraste moderado de la regulación institucional a ser un instrumento de presión social) no lo está interiorizando todo el movimiento sindical de Euskal Herria. Es más, se puede afirmar que, entre los sindicatos de cierto nivel de representación, sólo lo hemos interiorizado en ELA. Esta realidad está obstaculizando la progresión hacia el nuevo escenario.
La patronal no quiere el cambio de escenario. No le interesa que en los convenios se hable de empleo, de discriminación y de los bajos salarios. A la patronal le iba bien en el otro escenario. Lo que todavía mantiene a la patronal en sus posiciones es la complicidad de otros sindicatos que, en una actitud poco entendible, le ofrecen firmas a la baja (aunque sean en minoría).
En ELA lo tenemos claro. El recorrido que hemos iniciado va a proseguir en los términos que se han empezado a configurar estos dos últimos años. Nuestra apuesta de organización, de buscar contenidos de avance social, de trabajar los ámbitos que fomentan una mejor relación de fuerzas, de otorgar a la movilización un lugar destacado, son los elementos que van a seguir explicando el modelo de negociación colectiva de ELA.
No renunciamos a las alianzas sindicales. Siempre que podamos confluir lo vamos a hacer. Pero las alianzas sindicales se explican desde una verdadera suma para avanzar en la línea de trabajo hacia el nuevo escenario. Los que quieran coincidir con nuestra apuesta lo van a poder hacer. Los que prefieran seguir jugando a ser complacientes con la patronal también lo harán, pero cada vez serán más conscientes de lo que supone esa perspectiva de trabajo.
Es en esta dimensión general donde se encuadra la negociación colectiva del año 2003. Tenemos clara la línea de trabajo, y también tenemos claro que hay que trabajar mucho porque las situaciones socio-laborales siguen presentando un cuadro enormemente deficitario en empleo, discriminaciones, salarios y accidentes de trabajo.
SEBAS ANDREU, responsable de negociación colectiva