La unidad se define por los objetivos

07/09/2012
Sería irracional que un sindicato renunciase a la unidad de acción; mucho más ante la gravedad de las políticas impuestas. ELA considera las alianzas como un tema estratégico para el movimiento sindical y social y viene trabajando con otros sindicatos y movimientos sociales en una Plataforma constituida en Euskal Herria.

 

Aclarado eso, es preciso explicar las diferencias con CCOO y UGT que, desgraciadamente, son de fondo.

1.- No nos gusta que se utilice el concepto de la “unidad” de forma demagógica. CCOO y UGT solo se acuerdan de ella en momentos puntuales. Cualquier unidad, si somos serios, se explica por los objetivos que se persiguen. ¿Unidad para qué? Por ejemplo, cuando criticamos la alianza entre la patronal y los gobiernos, lo hacemos porque comparten los mismos intereses. Es por eso que al margen de los objetivos, la apelación a la unidad, pierde sentido. 

2.- ¿Van a mantener las mesas de “diálogo social” diciendo que sirven para “influir en la política de los gobiernos”? En esas mesas se colabora con los gobiernos; solo sirven para dar legitimación social a quien no se la merece (gobiernos y patronal). ¿Por qué se mantienen si no aportan nada positivo para la clase trabajadora? Hace poco, un dirigente de CCOO decía que “mantendrían las mesas de diálogo social duren lo que duren y tengan la intensidad que tengan los ajustes” (¿?).

En la CAPV, las pusieron en marcha en plena crisis. Muchos han sido los recortes planteados por López (de su propia cosecha) y a pesar de ello siguen en las mesas. Días después de la reforma laboral aprobada por Rajoy acordaban otro “plan de empleo” con López, precisamente, cuando más empleo público se destruye. ¿Qué explica que den apoyo al desastre en que se ha convertido Lanbide?

En Navarra, firmaron -entre otros- el Plan Moderna apoyando políticas antisociales. El gobierno navarro les concedió una medalla por su comportamiento.

Mientras todo eso sucedía, han sido beligerantes contra las alternativas y movilizaciones que hemos planteado en Euskal Herria. Basta recordar la huelga general del 21 de mayo de 2009 que descalificaron diciendo que era una “huelga política”. Curiosamente, el mismo argumento que utiliza la derecha hoy para referirse a sus movilizaciones.

La Plataforma de sindicatos y movimientos sociales –más de 60 organizaciones- está comprometida con la socialización de alternativas y con la movilización. Esas organizaciones compartimos que el denominado “diálogo social” es una apuesta desmovilizadora e inútil y que su mantenimiento es un obstáculo para la unidad de acción.

3.- ¿Van a seguir impidiendo desde Madrid que decidamos dónde y qué negociamos en Euskal Herria? Es lo que han hecho desde que se aprobara su reforma: Centralizar la negociación colectiva con dos objetivos; por un lado, permitir que se empobrezcan las condiciones de trabajo; y por otro, negarnos el derecho a negociar para fortalecer su monopolio sindical en el Estado. Desear el monopolio es, por naturaleza, contrario a la alianza. Quien quiere quedarse solo no busca una alianza. Y hablamos de cosas muy serias; no es lo mismo negociar los convenios aquí que en Madrid (que se pregunte a quienes dependen de convenios estatales). CCOO y UGT creen que eliminando la capacidad de negociar al sindicalismo vasco, éste verá limitada su influencia. Con ese mismo objetivo hay que señalar su apoyo al Estatuto Básico de la Función Pública que establece las materias que el Estado puede decidir que sean “básicas” para todas las Administraciones. Pues bien, las decisiones de Rajoy y Zapatero estableciendo recortes en el Sector Público se basan en esa Ley que contó con su apoyo. CCOO y UGT son parte de un modelo centralizador. Ellos no reconocen ningún ámbito de decisión política que no esté subordinado a Madrid. No es casualidad que sus reivindicaciones se dirijan exclusivamente al PP. 

4.- Ese afán de monopolio ha llevado a CCOO en Navarra a romper el acuerdo de elecciones sindicales, usando una ley española hecha a su medida, con el fin de impedir que ELA promueva elecciones sindicales. Un ataque al pluralismo sindical inaceptable.

5.- CCOO y UGT quieren la unidad para gestionarla unilateralmente. En enero de 2011 acordaron, entre otras cosas, el retraso a los 67 años de la edad de jubilación en la reforma de pensiones. No se acordaron de nadie para hacer aquello; no exigieron un referéndum, ni nada por el estilo. Lo hicieron y punto. Es más, abrieron vía a una reforma inacabada de las pensiones. Hoy sabemos que el PP prepara otra. Actuando también unilateralmente, firmaron con la CEOE en 2011 un Acuerdo de Negociación Colectiva en el que responsabilizaban a los salarios de la “pérdida de competitividad” de las empresas (¿?). Lo hacían –dijeron- para evitar una nueva reforma laboral y de negociación colectiva. No evitaron nada. No evitó la reforma laboral del PP de Febrero 2012 (la más brutal que hayamos conocido). Al contrario, aquel Acuerdo fue utilizado por la CEOE diciendo que “abrió vía a la reforma del PP”.

6.- CCOO y UGT no aceptan más mayoría que la suya. No reconocen, en términos democráticos, la existencia de una representación sindical mayoritaria distinta a la española en Hego Euskal Herria. Euskal Herria, para ellos, son dos Comunidades Autónomas más. ELA exige respeto democrático a las mayorías vascas. Sin embargo, en alianza con Patxi López y Confebask han acordado usurpar la representación de ELA (y también la de LAB) en el CES, HOBETUZ, LANBIDE… Todo para dar cobertura al gobierno y, de paso, eliminar lo que suene a Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social.

7.- CCOO y UGT ocultan que las grandes decisiones que nos afectan han sido acordadas por los grandes partidos: convertir la deuda de los bancos en pública para pagarla mediante recortes (PP-PSOE); modificar la Constitución (un golpe de estado antisocial) para establecer que la prioridad del Presupuesto Público, antes que cualquier gasto social, es pagar a los que especulan con la deuda (PP-PSOE); el pacto de estabilidad con la UE (En el Congreso el 21-6-12 con el apoyo de PP-PSOE-PNV-UPN-CIU) y; cómo no, usar la ley básica para “obligar” a hacer una sola política en todo el Estado (PP-PSOE). Todo acordado. ¿Por qué excluyen en su crítica al resto de partidos?

8.- CCOO y UGT tienen un dilema que resolver. En el Estado español la derecha gobernante no disimula sus objetivos. La derecha no tiene complejos. Esa derecha en España es derecha “extrema” que va a por todas y elimina, además de derechos laborales y sociales, otros relacionados con la libertad sindical y la propia democracia. Considera “enemigos” a los sindicatos. Es obvio que el “diálogo social” no era una conquista; era una especie de concesión administrativa que dependía de la voluntad del gobierno de turno. ¿Qué van a hacer ahora en Madrid y en Euskal Herria?

Para concluir, siendo evidente que el problema está en la política que sufrimos y en una patronal que obtiene lo que pide de los gobiernos, no aceptamos que se busquen enemigos en el campo sindical y, en particular, en las mayorías sindicales y sociales vascas. Ellos no son nuestros enemigos. Pero las alianzas, insistimos, se explican por los objetivos. Dicho todo eso, ELA ve imprescindibles todas las movilizaciones que se están planteando en cualquier ámbito contra estas políticas y valoraría de manera muy positiva la coincidencia en la convocatoria para el próximo 26 de Septiembre con la realizada por la mayoría representativa sindical y social vasca.